El walking dead de madres


Ser madre es una tarea difícil, y hay algunas que hacen de ello una profesión.

Para mí hay tres razas de madres, que se relacionan e interactuan entre sí, pero rara vez se mezclan, juntas sí, revueltas nunca.





Raza superior: las madres perfectas,  que llevan siempre el pelo recogido y bien peinadito (no se les escapa ni un mechón), no se les sale la blusa, ni se les arruga, no tienen ojeras, no pierden los nervios, hacen yoga con los niños, tienen tiempo de hacer cupcakes y sus únicas preocupaciones son el  conjuntito que van a llevar al  gym y que el niño o la niña vaya impoluto.
Detrás de estas wondermadres, hay un séquito de personas que hacen el trabajo sucio, particularmente,  no me importaría cambiarme por una de ellas un día, sólo uno, que fijo que me aburre tanta perfección.

Las quejimadres; les gritan a los niños, siempre les duele algo, a ellas o a algún miembro de la familia, hablan de comidas, de pañales, de castigos, de exámenes, de diarreas  y de erupciones cutáneas. Nunca cuentan nada positivo, porque todo es un drama y si  alguno de los niños o de los progenitores no tiene vómitos o conjuntivitis o algo, no tienen tema de conversación.
Van sin arreglar, sin ganas de vivir, parece que les molesta la capacidad de las demás y se ahogan en medio vaso de agua.




Las malasmadres; Entre las que me encuentro, no estudiamos con los niños, no "hacemos" los exámenes, no cocinamos especialmente bien, no nos sabemos los horarios, no vivimos en el colegio y no hablamos en el chat de madres. Nos arreglamos, nos relacionamos con personas fuera del entorno del niño, trabajamos en la calle, y tenemos niños felices





Cuento esto, porque ayer fui al colegio, y una quejimadre me dijo:

Cuerpotriste: Ay hija! no sé cómo te da tiempo de arreglarte, yo cómo no tengo tiempo de nada…
Alicia: pues ya ves, me levanto muy temprano, medito unos minutos, preparo el desayuno, el bocadillo del cole, recojo la casa, me doy una ducha, me pinto, me peino, me subo en unos tacones y me voy a trabajar y luego sigo trabajando en casa y me acuesto a las mil, porque también leo.
Cuerpotriste: Yo es que como me duele tanto la espalda y las piernas…y….(bla bla..)
Alicia: achaques tenemos todas, que tenemos una edad…
Cuerpotriste; es que yo tengo cuatro niños, son muchas lavadoras...
Alicia: lo hacéis todo entre los dos y no trabajas fuera...
Cuerpotriste: Y además te da tiempo a publicar en las redes, no me lo explico
Alicia: Yo tampoco

Y todo me lo dice cómo si estar arreglada, salir a trabajar, tener un face activo y estar feliz y guapa, fuera un puto delito. Mi hijo no está desatendido y los que me conocen saben que en mi casa no hay ni una pelusa.
¿Me tengo que justificar por tener tiempo?, ¿tengo que pedir perdón por ser capaz de organizarme?
¿En serio?, ¿es un problema estar capacitada para hacerlo todo?, ¿entono el mea culpa por reinventarme y ser feliz?, ¿es un delito serlo?.

No chicas, no tengo que pedir perdón por ser madre, padre, trabajadora, ama de casa y mujer.

Ser madre, no es fácil, conciliar trabajo y familia tampoco, pero hacerlo todo sola, sin ayuda, eso ya es para nota.
  
Difícil es  bajar la basura, porque como no  puedes dejar al niño solo , bajas con el niño en una mano y la basura en otra. 
Difícil es subir con un niño dormido en brazos,  la compra, y los abrigos.
Difícil es no poder hacer turnos por las noches, y rendir en el trabajo al día siguiente como si llevaras ocho horas de sueño en el cuerpo.
Difícil es ir a depilarte con el niño al lao o  ir al ginecólogo y dejarlo en la puerta de la consulta
Difícil es estar deseando tener un fin de semana en soledad, para luego, a las dos horas, andar por la casa como un alma en pena, echando de menos a tu hijo y las cosas que te pierdes cuando está con el padre.
Difícil es lidiar con el sentimiento de culpabilidad cuando deseas el fin de semana de relax.
Difícil es que el niño amanezca con fiebre y hacer una rondita de llamadas a las siete de la mañana a ver quien te hace el favor de cuidarlo.
Difícil es ser poli bueno y poli malo,  a la vez, para tu hijo.
Difícil es no contar con apoyo para cosas tipo uno prepara el desayuno y otro viste a los niños.
Particularmente, ya he superado casi todas esas etapas, pero todo mi respeto y admiración es para las madres que están en esa lucha de la que nadie habla y que no parece tener ningún mérito para nadie.
Nos bombardeamos la línea de flotación entre  nosotras: pelear por mantener, con cierta dignidad, un puesto de trabajo en una sociedad mayoritariamente machista, es triste, pero es la realidad.
Tener que pelear con otras madres porque no soportan verte brillar, es para echarse a llorar, de verdad, es descorazonador.



Comentarios

  1. He sido una madre ¿"normal"? Unas veces me he podido poner guapa y otras he salido a la carrera hacia el trabajo, algunos días he ayudado con los deberes, he comprado el material pedido, he cocinado... otros se me ha olvidado el cumpleaños de sus amiga, tener listo el tutu para el ballet, o he llegado tarde a la cita con la profesora. Y hoy me he reído leyéndote a ti. ¡¡Gracias!!

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  2. Jajaja tus letras me han hecho reír.... me siento identificada con algunas cosas pero yo soy demasiado exigente conmigo misma... aunque después lo único que me importa es disfrutar el tiempo con mis hijos, hacerlos reír, hacerlos comer bien( jajaja) y que me recuerden como una mamá que siempre estuvo ahí para ellos, dándoles todo mi amor.

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  3. ¡Olé y olé! Jajajaja, las quejimadres y su eterno "no tengo tiempo" son lo peor, todos los días me encuentro con varias y siempre tienen quejas de algo.

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