Oinssss el veranoooo


No me gusta el verano, no me gusta.

Siempre me toca trabajar,  la gente parece feliz,  y yo vivo en una especie de cansancio camuflado, haciendo la croqueta para ir de una habitación a otra, mientras los sudores pre menopáusicos me invaden y los reguetones me taladran el hipotálamo.

 Me levanto todas las mañanas al borde del llanto preguntándome qué coño hice tan grave en una vida anterior, para madrugar (y no dormir) en esta .Me inyecto cafeína y ando en una especie de nube falsamente energética de la que me caigo de golpe,  a eso de la una de la tarde, para entrar en un limbo de mareos de enferma terminal hasta la hora de ir a casa a comer.

Ir a hacer la compra me pone on fire, la gente no tiene prisa (está de vacaciones, claro, y yo no) y se pasean por el pasillo de los congelaos, como quien está dando un paseíto por la puñetera alameda en navidad, señoraquehayunvirusmortalhagaustérfavódecaminarconunpocodebrioquealfinalrespiroyoelputobichocoñoya.

El modo de vida  slow  que impone el verano, a mí me pone a mil elevado a mil, que no, que no me da la gana de tomarme con calma , que no, coño que estoy en fase de hazme  la vida fácil que estoy cansá, y  no vivo en un anuncio de compresas.

 Yo ya no tengo alma de caerle bien a nadie, no quiero expandirme socialmente (y  menos este año), así que,  lo de esa impostada  felicidad estival, me toca, y mucho,  los pies,  me vuelvo muy loca, tipo la niña del exorcista y entro en modo osodioinfinito.

Soy pro mascarilla, bueno,  que si hay que ponérsela, me la pongo, vamos que no soy de club de  fans de ese señor que se parece a Miguel Bosé (antes molaba). Pero, o me viene grande y se me sube a los ojos, (y como consecuencia, no veo, no respiro y no hablo), o me viene  pequeña y noto como si llevara un bozal. (Tengo un tamaño de cara a medio camino entre niña de seis años y señora menguada por la edad).Sean del material que sean, me  pica la cara (de locos), me gotea la nariz y ya pa terminar de morirme de gusto, me ha salido un granito (a mis cerca de 48 años). A pesar de todo, la llevo puesta hasta para bajar al trastero, no sea que en la comunidad, que son muy legales, (léase están aburridos), me riñan.

Este verano, por si no tuviéramos bastante con el coronavirus y  el mosquito del Nilo, he descubierto que soy capaz de comerme un trozo de bizcocho y dos paquetes de galletitas en un estado de inconsciencia –psicotrópica- post pasti de dormir y descubrir las pruebas del delito por la mañana, mientras el estómago protesta porque no lo dejo descansar, esto puede terminar en hiperglucemia o en asesinato múltiple que lo mismo que me da por comer, me puede dar por asesinar.



Comentarios

  1. jajajjajaj, bueno no te preocupes que ya queda nada para el Otoño.Y bueno lo de la felicidad del verano no es todo oro lo que reluce un besazo.

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  2. Me he reído mucho, también he llorado porque me he sentido muy identificada con lo de la gente que va a hacer la compra y está de vacaciones.

    Besos.

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  3. Gracias por el buen rato que me has hecho pasar con lo escrito. No es que quiera "joder la marrana", pero dicen las "lenguas autorizadas"(?), que esto va para largo.
    Yo tengo todo el tiempo del mundo y por tanto me aburro más y no dejo de comer. Me va a salir por un "pico" el cambio de ropa de temporada.
    Aunque ahora que lo pienso, si no salgo me puedo apañar con lo que tengo.
    Besos.

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  4. fascinada por tu personalidad te escribo Salir de los bloggers de siempre o de los que no te quieren y te escriben con broncas internas
    me has fascinado el encontrarte

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