Hartazgo, del grande del inmenso.

Estoy un poco perdida, pero es que ando en modo mindgoesblank.

Mis días transcurren tranquilos, no me pesó el encierro y no me pesa ahora el toque de queda, total a esas horas hace tiempo que no ando por la calle. Puedo sobrevivir sin socializar, me gusta salir a tomar algo y hablar con gente,  pero entiendo la situación y la asumo, como la persona adulta y responsable que se supone que soy.

Pero todo lo vivido ha dejado en la gente, en general,  una serie de taritas, que,  unidas  a mi mermada capacidad para aguantar tonterías, se convierten en una peligrosa bomba de relojería.

·         No, menospreciar el mérito (de cualquier tipo) de los demás, no entra dentro de los límites de la     amistad y del buenrrollismo.

·        Intentar manipular  a la gente para que tu opinión prevalezca, no te convierte en líder de masas, te convierte en un impedido racional, incapaz de admitir la diversidad.

·     Imponer criterios a fuerza de chantaje emocional no es ser más listo, es ser un idiota necesitado de aprobación.

·         No alegrarte de la prosperidad ajena, te convierte en un absoluto incapacitado emocional.

·       Convencer a los demás de que lo tuyo es siempre siempre lo mejor, no te convierte en simplythebest ,  te convierte en una persona tóxica que destila envidia.

·         Insultar al que opina distinto no  te convierte en líder de opinión, parafraseando a Rociíto (mae mía, ¿quién lo iba a decir?) el calla no otorga, el que calla a veces lo que no quiere es tener ninguna disputa absurda.

·         Las adhesiones inquebrantables ya no se estilan, hace mucho que ya no existe lo de estar al 100% (léase que puede uno ser de un equipo de fútbol y reconocer que ha jugado mal, o de un partido político y entender que no todo vale)

·         El “o jugamos todos y con mis normas o pincho la pelota” es de recreo de colegio, no, por favor, no tenemos edad.  

·         Pensar  como  saltarse las normas no es ser el más guay, es ser el más imbécil, no vamos a salir de esta en la vida.

·      Elevar el tono de voz o hacerlo más agresivo,  no mejora tu argumento, si no tienes un hilo argumental,  no va  a llegar a nadie,  aunque uses un megáfono.

·         Una mala experiencia personal no es extensible a toda la humanidad, no hay secretos, las cosas salen o no.

Más que el miedo, más que la carga emocional por el encierro, más que la incertidumbre por la situación económica, me está matando la mierda de sociedad que se nos está quedando.

Eso, o el encierro me ha dejado con las fuerzas justitas para aguantar idiotas.