El Marie Kondo definitivo

 


De repente,  un día te das cuenta de que ya no te gusta lo que te rodea, que las personas que te han acompañado en una etapa de tu vida, ya no te llenan. Sientes que el entorno te limita, es como si estuvieras enjaulada y no supieras salir.

A veces las personas están destinadas a pasar un tiempo limitado en nuestras vidas: pasan, realizan su misión y las dejamos ir (o las echamos si se nos enganchan como un koalita).


Hay que perder el miedo a salir corriendo de un entorno que te hace sentir mal. Puede que, hace unos años te resultara divertido comentar ciertas cosas de algunas personas. Es normal, nos tenemos que reir de algo, pero cuando el comentario ya no tiene gracia, cuando ya rebosa, no ya los vasos, sino los cubos de agua de la decencia moral, cuando ya resulta ofensivo, y eres consciente de esa ofensa, hay que salir corriendo (o sutilmente por la puerta de atrás, da igual).

No, no todo vale:  hay asuntos que no se deben comentar. A veces, hay que aflojar un poco el nivel de basura que soltamos y que permitimos que otros suelten en nuestra presencia. Y si eso supone el fin de una era, pues bien, todo tiene un final. Y si supone que, a todos los efectos estás como medio depresiva  o eres una rancia, pues bien también, de todas formas van a hablar, pues que se distraigan con eso  y con tu viejunismo.

Los años traen madurez (bueno, no a todos), pero se supone que un día  hace falta hacer una catársis, desenredar los nudos del alma,  y hacerse un Marie Kondo a lo grande, lanzando fuera todo lo que ensucia, lo que desorderna, lo que ya no sirve (y eso,  lamentablemente, incluye a algunas personas).

Mi Marie Kondo a lo grande ha empezado, está en curso, ando limpiando (y esta vez no son las paredes) y siento que respiro mejor, como cuando sacas todo el polvo de la moqueta. 

Tenía miedo (las cosas del apego) pero ya no, me siento liviana, libre y limpia, limpia de chismorreos de los feos, limpia de las barbaridades que, a veces, o casi siempre, se dicen en determinadas reuniones,  sobre las personas que no están presentes.

Me reivento, que ya toca, que no es que me vaya a ir a la Alpujarra a vivir de mi huerta, no me voy a poner unos cascabeles en los pies, ni voy a intentar vivir pintando en la calle (iba a andar lista con eso). Pero me retiro del todo de los entornos castrantes, de las sectas y de la gente que no respeta ni mi espacio, ni mi  refugio. Ya no, ya la puerta no está siempre abierta.



Comentarios

  1. He oído en la radio que MARIE KONDO se rinde y acepta que una casa con niños no puede estar recogida,no entro a discutirlo, pero no me parece una noticia para que comparta espacio con un asesinato de un sacristán, con el desprendimiento de un talud, con...
    Ya me he ido de tu tema, cachis!

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  2. No sé quién es ella, lo cual mejor no opino, solo te contesto a que a veces es necesario quitarse cosas de encima , tanto en el ámbito de personas como trastos de casa. Y por cierto hay personas que tienen fecha de caducidad, hacen su servicio y ya adiós. Ello no quiere decir que no fueran importantes mientras duro, eso es distinto. Un besote que me estoy liando yo más que to ajajja.

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  3. Pues felicidades por tan buena decisión.
    A disfrutarla y BESICOS.

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  4. A estas alturas, tonterías , las justas.

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