El día de mi boda.

Ayer, día de huelga general, día de San Miguel, hizo nueve años que me casé. Si señor, yo me casé, me podía haber ido a las misiones, pero me casé. Desde el cielo, o desde algún lugar de una dimensión desconocida, alguien o algo me emitía señales, muchas señales. Pero claro, yo en esa época estaba como la Shakira: "tonta, ciega, sordomuda" o como Belinda, que hubiera dicho mi abuela.
- La celebración: Pensamos un sitio, pero para la fecha que teníamos prevista, no había hueco, así que cambiamos de opinión en cuanto al día. Unas semanas después, nos invitaron a la inaguración de un restaurante-museo y decidimos en el momento cambiar el sitio, porque nos encantó. Lo queriamos celebrar en una bodega que hay cerca, pero para la fecha que teníamos ya en el Ayuntamiento, estaba ocupada con otra boda. Quedaba libre la fecha inicial, pero la Señora Concejala nos iba a mandar a la mierda como poco, si le volvíamos a cambiar la fecha. Debería haberme dado cuenta de que tanta indecisión no lleva a nada bueno, pero no noté nada.
- El vestido: Era una boda por la mañana y en el Ayuntamiento. Tenía claro, clarísimo que no me iba a disfrazar de novia, así que pensé en un traje sastre blanco roto de Roberto Verino monísimo que había visto, pero entró en acción mi hermana-responsable-doña perfecta-mayor, que no me había convencido para que me casara por la Iglesia y volvió para esta vez convencerme con el tema del vestido el argumento que empleó para hacerlo era :"te vas a casar sólo una vez" y cómo es agotadora, al final le dije que sí, para que me dejara en paz. Así que accedí a un vestido, sin velo y sin cola. Fuí a varias tiendas y a todos los que me probé, había que meter de largo, ajustar las pinzas, estrechar cintura, cambiar las mangas, subir el escote...La chica de la tienda estaba agobiadísima porque había que deshacer el vestido entero (todos los modelos me quedaban enormes). Como estaba la pobre tan agobiada, le dije que mirara a ver si había alguno de Primera Comunión que me quedara bien, para que se le pasara el disgusto de la venta perdida. Al final me fuí a una modista, que hizo lo que le pareció, (cola incluida) porque mi madre decía que sólo me iba a casar una vez en la vida (está claro que en mi familia nadie se ganaría la vida adivinando el futuro). En fin, que me pusieron un palabra de honor en seda italiana con una chaqueta de chantillí. La señal definitiva, vino después (aunque las semanas sin vestido como luego le pasó a Belén Esteban fueron complicadas), la señal que emitió la Providencia fué que la modista murió de repente, unos días depués mi boda (eso significa algo seguro).
- El viaje: El día 11 de septiembre de 2001, estábamos mi ex y yo contratando un viaje a Túnez, cuando volvimos a casa y vimos las noticias, pensamos que lo mismo no era muy apropiado. Así que esperamos dos días y fuimos a la agencia de viajes, a ver que nos recomendaban. Para los días que teníamos contratados, con tan poco tiempo de antelacíon e intentando respetar fechas, sólo había Madeira. Así que, allí estábamos nosotros, con lo más marchoso del Inserso europeo, cantando canciones de karaoke con el animador del Hotel, que lo mismo hacía trucos de magia, que cantaba, que te servía el desayuno.
- El tiempo: Cómo no podía ser de otra manera, esa día llovía en Jerez, mucho, mucho, mucho..el único día del mes que llovió ese año.."matrimonio mojado, matrimonio afortunado", me decía todo el mundo para consolarme, ¡los cojones, afortunado!
La foto esa que tienen todas las novias, en la ella sale del coche con los niñitos sujetando la cola, toda feliz y sonriente, en mi caso no existe. En su lugar hay una en la que estoy yo con el vestido remangado, el suelo lleno de charcos, las sandalias mojadas, mi hermana a un lado con un paraguas y mi hermano con otro al otro lado y yo con cara de "me resbalo y me caigo, fijo". Esto era otra señal. seguro.
- El novio: Una de las hermanas del novio, el hecho de que me haya resultado ligeramente insoportable desde el minuto cero, no tiene nada que ver con lo que voy a contar, seré objetiva. Pues bien, esta muchacha que necesita ser el centro de atención, de la misma manera que el resto de los mortales necesitamos respirar, se ofreció voluntaria a llevar al novio al Ayuntamiento. Cuando quiso arrancar el coche, ohhhh!! los zapatos le resbalaban y no se sentía segura conduciendo un coche que además no conocía ¿para matarla?, ¡aún hay más!.
El padre del novio que tampoco soportaba que mi ex moviera un dedo sin estar él cerca, no sabía cómo irse para el Ayuntamiento, ¡seis hijos tiene, seis!, ¡pues tenía que ir con el novio!. Resultado de la escena: el novio conduciendo su propio coche, con la hermanísima de copiloto y los padres detrás. De esto me enteré un par de años después, aún no entiendo por qué nadie me contó nada.
Debí darme cuenta de que la familia iba a ser mi mayor dolor de cabeza, pero como digo yo era Belinda.
- Los testigos: Como dato anecdótico, mis dos testigos, felices y enamorados de sus respectivas parejas, a día de hoy están divorciados.
¿Alguien da más?
Si vuelvo a casarme, si alguna vez vuelvo a casarme, consultaré al Hijo de Satán para ver si se da una alineación de planetas favorable, llevaré un poco de sal (en vez de algo azul) y estaré atenta, muy atenta a las señales.

Comentarios

  1. Alicia no es racional ni científico afirmar que los desgraciados "avatares" de tu boda parecían predestinarla al "fracaso", pero la verdad es que hay tal acumulación de "incidentes" que entiendo tus "sensaciones" negativas al respecto. No te preocupes que seguro que para la siguente todo irá bien.

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  2. Yo conozco personalmente al Hijo de Satán y puedo afirmar con rotundidad que es un farsante y un estafador. Su propia familia así me lo confirma. Así que mejor consulta con Rappel...

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  3. jjj menos mal que te lo tomas con buen humor. Seguro que para otra vez, será mejor. Eso sí, mejor que la princesa Letizia no lea esto, porque cuando ella se casó, sí que llovía a mares jj

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