Good vibes

Pues yo vivía en un estado de enajenación semipermanente, trascendiendo entre un despelleje y el siguiente, en un odio infinito a cualquiera que se atreviera a existir, en un querer y no poder (matar, pegar o algo).

Pero me he debido dar un golpe en la cabeza, o me han hecho una lobotomía y he cambiado de personalidad, porque ahora vibro en una especie de modo hippie ON.

Que ya no sé si ponerme unas campanillas en los pies y andar, en modo etéreo,  por ahí dando consejos existenciales en connivencia con el Universo, cantando mantras y hablando con las flores.

O comprarme un cuadernito de mandalas para colorear con la caja de Alpino, haciendo la postura del adho mukha svanasana.

Porque,  todo (casi) me parece bien, a todo le veo como una solución tipo “deja que el arroyo pase, la fuerza del agua trae la respuesta”

Pues nada,  que soy una señora mayor que se ha vuelto jipilongui y ya no ve problemas por ningún lado, que ve que el tiempo pone a cada uno en su lugar, que todo es más fácil de lo que parece.

Estoy rodeada de carcas que se quedaron en la parte de la evolución de andar sólo sobre los  pies, que ya el homo erectus les parece el colmo de la sofisticación, pero que me da igual, tiene que darme igual, porque yo estoy cerca del nirvana

Por eso, queridos amiguitos y hermanos en el Señor (o en el Universo) yo voy a seguir con mi momento fusión con el Universo, a pesar de que me asedian las tonterías, las niñatadas y me faltan manos pa repartir guantazos.