El aire acondicionado en la oficina: ese micro-macro machismo

 


 


Vamos a estudiar  esto con datos tan fiables y verdaderos como los siguientes:








Fuente. San Google bendito

 En el año 2015, un estudio publicado en la revista Nature documentó que la temperatura habitual de las oficinas estaba pautada desde los sesenta para el confort de un hombre de unos 40 años, 70 kilos de peso, y vestido con traje y corbata. Era lógico, pues, que las mujeres se pelaran de frío en verano. Sobre todo porque el organismo de ellas -explican los expertos- necesita unos tres grados más de temperatura.

 Dice Google que otro estudio, este de 2019, demostró que en espacios cerrados los hombres rinden más cuando las temperaturas son más bajas. Rinden más intelectualmente, se entiende. Es decir, que ellos son más hábiles en ejercicios verbales o de aritmética cuando más frío hace en el aula, mientras que a medida que se calienta la habitación, las puntuaciones de las mujeres van aumentando. «Cuando la temperatura se eleva, la brecha de género desaparece», resolvió la investigadora alemana Agne Kajackaite.

 

Ahora ya,  desde el punto de vista de una señora con una edad y con los golpes de calor que implican la edad y el hecho de ser una señora, igual es verdad que las mujeres toleramos peor el frío, ¿no?

A ver, yo soy poquita cosa, el frío me atraviesa los huesos (literal, lo noto en mis interiores),   cada vez que mis amables compis ponen el aire. Lo de que hay regulación  para la temperatura (21º en invierno, 26º en verano) aquí eso es ciencia ficción.

Nadie  me hace caso cuando estoy medio convulsionando, o tengo la piel de gallina,  o me castañean los dientes y pido por caridad subir un poquito la cosa. A veces abro la puerta del patio para crear algo parecido a una ciclogéneis y no quedarme tiesa, de verdad lo paso mal, que se me cae la vela de mocos  en modo silencioso que ni me doy cuenta.

(Esta mierda aplica para el invierno que hay días que parece que estoy en las Bahamas, me pongo como una amapola y cualquier día me da una bajada de tensión y me quedo como un pajarito ).

Pues he decidido traer un echarpe tipo señora mayor,  para echarme por los hombros, cuando ya  veo que me duele los interiores. Muy bien, muy bonito todo, a la par que fino y elegante, y sí, cada día lo combino con la ropa y el bolso, ya que voy de Doña Rogelia con la toquillita, al menos que sean colores que combinen.


Así que,  mientras todo el país se queja del calor sofocante yo estoy con un pañuelo por los  brazos,  con más frío que Leo en la tabla.

Comentarios

  1. Hay estudios para todo, que los varones sienten menos el cambio de temperatura lo sabía pero que rindieran más o menos ni idea. Si fuera mala creo que deberíamos ponerlos aislados y a 18 grados para aprovechar su rendimiento, y comprobar si lo saben manejar, o son excusas de un estudio hecho por varones. Un abrazo

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  2. No sé yo que los hombres con una baja temperatura rindan más, pero en caso de ser cierto , es tan sencillo como que trabajen por separado.El aire acondicionado tiene sus beneficios, pero también hay quien no lo aguanta y no creo que se deba al género .
    A mí el calor me agobia y me pone de mal genio no me deja descansar y eso trae consecuencias , prefiero taparme el frío me espabila. Un beso,

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  3. Bravo por ésos echarpes que te combinan con la ropa, y como dice el refrán... ándeme yo caliente y ríase (refrigérese) la gente. BESICOS.

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  4. Hace poco viajé en tren y casi me muero de frío. En ciertos lugares se agradecería que pusieran la calefacción en verano y el aire acondicionado en invierno.

    Besos.

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