La venganza (de los débiles) o como amargarte tú misma en un sólo tiempo.

 

A estas alturas va una como dando tumbos por la vida, sin querer pararse a pensar mucho, con mil ocupaciones en la cabeza, con el cupo de tareas pendientes cubierto para dos vidas.

Es curiosa la psique humana, ¿no?, vamos a mil, pero terminamos por perder tiempo con tonterías pasadas, con aquellos agravios pretéritos que nunca fueron resarcidos, o con los que sí vengamos,  y terminamos por arrepentirnos, porque ni la vendetta, ni la maldad (así como concepto) forman parte de nuestra naturaleza.


Damos importancia a cosas que no la tienen, a personas que no han hecho nada para ser merecedoras de nuestros afectos y desvelos, pero a veces, casi siempre, no es lo que alguien nos dice o hace, es cómo lo recibimos, es cómo nos contamos a nosotros mismos lo que nos ha pasado. Ese diálogo interior, además de peligroso, puede resultar devastador y al final una gota colma no ya los vasos, sino los cubos de agua de la paciencia que nunca tuvimos, y estalla, la cosa estalla,  de la peor manera: en forma de ridículo desquite.


Pensamos que con el ocaso de quiénes nos ofendieron, sobre todo si hemos contribuido a esa caída, vamos a sentirnos mejor, pero no, que va, para nada. Los desagravios sólo sirven para hacernos sentir bien unos minutos, es una gloria corta, muy corta la de la venganza, es como zamparte un buen bollo de chocolate: unos segundos de placer, toda una vida para arrepentirte (bueno sólo hasta que lo quemas).

Al final, lo sano era olvidar, lo mejor era dejar pasar, pero claro, está mi absurda manía de que no me tomen por tonta. Vale que lo parezco, vale que finjo serlo, pero no, no se llega hasta aquí (en todos los aspectos) siendo tonta (en ningún aspecto).

En cualquier caso, seguiré mirando para otro lado, porque como no estoy muy ducha en lo de la sed de venganza (que se ve que no es para débiles), al final me siento como una mierda. Está claro que para villana de la peli no iba yo (con lo mona que está la Angelina).



Comentarios

  1. Tengo un punto de mala leche, pero lo uso poco y solo una vez, no doy opción a que vuelvan y cada vez me llevo mejor conmigo misma y vivo feliz, si alguien tiene algo contra mi el problema lo tiene ese alguien no yo. Pero me ha sentado muy bien leerte. Abrazos

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  2. Me has hecho pensar....... BESICOS.

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