Gwendoline

Cada vez que Gwendoline Martínez Pérez empezaba un curso escolar con un nuevo grupo  de alumnos, se veía obligada a explicar que hubo un tiempo en el que a Julio Iglesias se le entendía cuando cantaba, y que tenía una canción llamada así y que a sus padres les gustaba mucho...
-¿Quién? ¿el padre carca de Enrique Iglesias?,    ¿pero ese hombre canta?
- Bueno en realidad el intruso es el hijo...

En el fondo le gustaba tener algo que contar. Al menos resultaba interesante durante algunos minutos. Luego el interés se desvanecía porque simplemente cualquier persona o cosa resultaba a ojos de los demás, infinitamente más digno de admiración que la propia Gwendoline y sus historias.
¡Cuántas veces hablaba con esa mujer que se asomaba tímidamente al espejo!. En realidad ella tenía una opinión de todo, tenía respuesta para todo tipo de preguntas y como era una persona bastante cultivada, tenía unos argumentos suficinetmente fuertes para convencer a quien hiciera falta de cualquier cosa. El problema es que no había nadie a quien convencer de nada.
Mantenía conversaciones banales con sus compañeros y con sus alumnos, pero nada que le permitiera ser quien era.
Por alguna razón no era una persona brillante . Desde pequeña vio como sus hermanos (fueran o no mejores estudiantes) sacaban mejores calificaciones y , claro está, destacaban más, porque nadie se para a mirar el mundo interior de  una adolescente tirando pa poquita cosa. Así que no destacaba. Durante algún tiempo si consiguió que algunas personas de su alrededor se interesaran por lo mucho que tenía que contar, pero la cosa duró poco.
Aunque había estado casada y tenía una hija, en el fondo de su corazón sentía que nadie la había conocido de verdad, tenía muchas cosas que ofrecer, pero nadie parecía tener tiempo...
Así que,  se conformaba con sus minutitos de gloria cada primer día de clase...
Ella sabía que algún día todo lo que había leído, todo lo que había estudiado serviría para impresionar, o mejor, para poder hablar con alguien que no se quedara en lo que se ve desde fuera.
Solemos medir el éxito de las personas en función de la casa, del coche o del trabajo, pero se puede tener un trabajo modesto y un coche barato y ser una gran persona. Esto,  que es muy obvio parecía no saberlo mucha gente y a menudo se sentía un poco por debajo de los demás, de sus hermanos, de sus amigos..
¿ Por qué le pasó a ella? ¿por qué tantas dificultades?.
Gwendoline vivía cada día con la misma ilusión del anterior y se contentaba con seguir cultivando su mente aunque nunca nadie lo fuese a valorar, de todas formas eso es mejor que nada, no?.
No es que el mundo no estuviese a su altura, no, es que a veces ella sentía que no estaba a la altura del mundo, a veces sentía que a pesar de lo mucho que tenía que ofrecer eran cosas y argumentos que nadie quería oír. No le incomodaba la soledad, pero a veces le hubiera gustado sentir que alguien la valorara sin estar obligado a hacerlo por una simple cuestión de consanguinidad.
¿ Se estaría convirtiendo en una de esas mujeres que se alimentan de las fantasías románticas de las novelas rosas?
No, nunca había leído a Corin Tellado, no corría ese riesgo... pero...¿Qué podía hacer para engancharse a la sociedad?




Comentarios

Publicar un comentario

Comentando que no criticando.

Entradas populares