Grandes misterios universales.


Hay muchas cuestiones que me planteo a diario y que no consigo ni de lejos resolver. En estos días he estado llevando a Álvaro al cole y he podido afianzar mi creencia de que existe una raza aparte, la raza de las super-madres.
Para tan magno aconteciemiento, decidí arreglarme (después de algún tiempo de rebeldía estética)  así que me puse una falda de tubo y unos peeptoes monísimos. Iba yo taconeando tan felíz por la calle, cuando el niño me dice:
- Mamá, ¿para que llevas tacones?, para estar sentada, no te hace falta, ¿no?.
- Ains pues no sé por estar más mona...
- Es que te piensas echar novio o algo..
- No...
Llegamos a la puerta del cole y está, como siempre, el guarda de seguridad:
- Buenos días
- Buenos di...ains, ains, que se me ha quedado el zapato engachado en la rejilla... (ya como una amapola), vaya por Dios, que no quiere salir...
- ¡¡¡Mamá, lo ves, te lo he dicho!!! ( me increpaba el niño, mientras yo seguía intentando hacer equilibrios para no poner el pie descalzo en el suelo, tiraba del zapato enganchado y por si fuera poco,  me sostenía heroícamente sobre un sólo pie con un tacón de 12 cm, sin soltar al niño de la mano,  ni permitir que se me descolgara el bolso).
Después del bochornoso espectáculo y de dejar a Álvaro en la fila, que fiel a su incontinencia verbal y a su indiscrección, decidió contarle el número a sus amigos, (padres incluidos, por si había alguna duda), estuve pensando algunas cuestiones de trascendencia universal sobre esas madres maravillosas, a las que no parecen afectarles, ni las inclemencias del tiempo, ni los virus de los niños, ni la situación en  África, ni mucho menos la crisis mundial.
¿ Cómo es posible que antes de las nueve de la mañana lleguen al colegio maravillosas?
¿ Por qué cuando hace viento yo tengo la cabeza como Diana Ross y a ellas no se les sale un mísero pelo del impecable recogido que les dura todo el día?
¿ Por qué a ellas no se les arruga la chaqueta en el coche?.
¿ Por qué llevan la mochila de un niño, el desayuno de otro, tiran de tres criaturas a la vez y no se les nota ni un atisbo de tensión en la cara?.
¿ Nunca pasan una mala noche? ¿No les salen granos? ¿Nunca se les ve la raíz de las mechas?.
¿ A qué santo o fuerza invocan para volver al colegio por la tarde como si acabaran de escaparse de la alfombra roja?.
¿ Cómo hacen para mantener los coches impolutos?.
¿ Y para inventar un menú distinto cada noche?.
Cuando los niños son bebés ¿no les vomitan nunca?, ¿no tienen gases ( los niños, digo)?
Está claro que me perdí una clase en el colegio, porque parece que soy la única madre-desatre.


Comentarios

  1. La hierba del jardín ajeno siempre parece más verde que la del nuestro. Bs.

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  2. Como ser madre y no morir en el intento... "esas" tienen un pacto con el diablo, un saludo.

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  3. No lo creo, no te veo desastre.
    Tal vez eres la madre que los niños realmente quieren como MADRE y no un figurin de escaparate.

    Cariños

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  4. Jajaja, Alicia, muy buena entrada, llena de sentido del humor.
    Como tú, yo también me perdí esa clase, como todas las de las superwomans (o como se ponga). Pero, al menos, no sufro los martirios de unos tacones locos desmandándose, jajaja. Aunque he de reconocer lo bonitas que hacen las piernas cuando son altos.
    Un beso, preciosa, que no necesitas estar en perfecto estado de revista para resultar bella (la belleza sale de dentro).

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