Gracias
he echado
un par de huevos a mi sartén
dando
volteretas he llegado al baño
me he
duchado y he despilfarrado el geeeeelllllllllllll

Así que,
después de vestirme con ropa de verano, (en el mismo momento en el que
yo hago el cambio de armario, pega un apretón de calor o se pone a llover
demencialmente según lo que toque o no, porque en realidad es justo lo que no
toca), he bajado la basura y he visto unas nubes negras, que me he acordado de doña Lola Flores, eslomismoqueunnublaodetinieblaypedernáaaaaaaa, que me han entrado ganas de encerrarme
en un bunker de esos preparados para la llegada de un ataque nuclear, desastre natural o de un ataque zombie.
Pero en vez
de usar la técnica del avestruz, me he dejado puestos los zapatosdelamuerte que me aprisionan los callos (porque sí, yo tengo
callos, hasta en las mejores familias pasa…), y me he dispuesto a enfrentar un
día más.
Porque al
fin y al cabo, lo del frío que me atraviesa hasta el alma, (no hay que olvidar que
voy de un entretiempo muy light) y que el cielo amenace con abrirse y deje
pasar el enésimo diluvio universal o un castigo celestial en forma de plaga, y que haya limpiado las puñeteras ventanas
(justo ayer, una y no más Santo Tomás) son sólo anécdotas, porque yo soy como la montaña (subida
en los únicos zapatos cerrados que no estaban en el sótano y que me van a dejar
los pies para donarlos a la ciencia) que soporta impertérrita la lluvia, la
nieve, el frío, el viento y el sol implacable
del verano del sur.

Nada, mi mundo de equilibrio no se inunda (atención a lo bueno del chistontodeldía) porque el pelo se me encrespe y me haya dejado el paraguas en el coche (por cierto dónde Cristo dio las tres voces), y no me haya puesto calcetines, porque en el calendario, en el Corte Inglés y en mi armario, es primavera, no pasa nada, nada de nada, porque la Lluvia es alegría.
“Gracias Lluvia por existir. Y muchas gracias
por decidir venir a honrarnos con tu presencia en el mes de mayo, cuando en
todo el invierno no te has dignado a aparecer, pero no es un reproche, eh??
Es sólo que ahora que formo parte del
mundo espiritual, y hago meditación y estoy en contacto con todos los
elementos, ya me podías haber enviado una señal, para que no se ocurriera
guardar los abrigos…
¿Cómo? ¿Qué? ¿Que cuando guardé la
ropa llovía?, ya, pero pensé que era un día…ahhh que esa era tu señal…vaya por
Dios, pues no lo pillé….jolines…mandadme señales facilitas, que no me entero…pues
nada, gracias lluvia por venir y contribuir a mi futuro (inmediato) resfriado…seguro
que es para bien, tipo conocer a un guaperas en la sala de espera del médico o
algo ¿a que sí?, de todas formas, no importa si llueve fuera si la luz del sol habita en mí (hay que ver lo mística que estoy...)
Gracias!!!

Así es Alicia, te felicito, hay que ser agradecidas. Con agradecimiento todo fluye maravillosamente!
ResponderEliminarAbrazo grande.
Que buena eres contando la realidad. Pero no te sulfures que estamos más de una con el mismo plan (el de haber cambiado el armario) jajaja, pero nada a esperar que salga el sol. Un abrazo
ResponderEliminar¡Ay! como te entiendo...
ResponderEliminarVeo que los cambios de armario en todos los hemisferios fue un fiasco
ResponderEliminarPor aca entrando el otoño nos dispusimos a ir usando prenditas mas calentitas pero zassssss aparecio un frio polar de golpe, que no se va y parece que seguira hasta el proximo veranoooooooo y nos ca.....a todos
Te entiendo
Cariños
El tiempo está loco. Besos.
ResponderEliminarMe haces reír y eso es estupendo y de agradecer, menos mal que no estaba en la calle se me hubiera llenado la boca de agua porque llueve que cuando llega al suelo rebota. Se feliz!!
ResponderEliminarNunca llueve a gusto de todos...
ResponderEliminarSaludos