Mis peripecias en las peluquerias I.

Puede parecer muy fácil ir a una peluquería y decirle al peluquero o peluquera:
" Quiero que me haga esto", pero, no es tan sencillo.
Vamos por partes: mi pelo es rizado, lo cual limita, y bastante, los cambios de look. Aunque a mí la verdad es que me igual, tan pronto me corto el pelo a riesgo de parecer una cebolla, que me hago un peinadito con el que me parezco sospechosamente a Angela Channing (lo mismo soy su hija secreta,de ella y del chino, que buena herencia me hubieran dejado, ¿no?).
Bueno, a lo que iba : lo de explicar lo que quieres en una peluquería, requiere su tiempo y su dósis de paciencia e imaginación. ¿Quién no ha ido a la pelu con la foto de Jennifer Aniston o de Meg Ryan?.
La historia que voy a contar ocurrió hace muchos años y la he recordado hoy, porque ayer por la tarde se la conté a mi sobrina de once años y le hizo mucha gracia.
En aquellos locos años, yo vivía en Londres, fue una etapa muy cool, y muy muy loca. Iba un día leyendo en el metro, una de esas publicaciones gratuítas, cuando ví un anuncio que decía : " Cambio de look, gratis", daban un número de teléfono y no se me ocurrió otra cosa que llamar. Me atendió una señorita,y me preguntó si quería lo mismo o new look, a lo que yo sin dudar dije: "New look", me dió una dirección, una hora y una referencia (a mi no me extrañó nada de todo esto, ya digo que fue un etapa muy loca).
Pues bien, llegó el gran día: tomé el metro y me planté dónde me dijeron , le dí la referencia a una chica o a un chico, porque el aspecto no lo aclaró demasiado, me pusieron una capa y me mandaron en un ascensor transparente para arriba. El edificio estaba decorado en negro y plata (yo, que iba de muy moderna, no me extrañé de nada, no quería quedar conmigo misma de cateta). Me sentaron en una silla muy de diseño, pero incomodísma y llegó un italiano que podía medir metro y medio, con un traductor por si acaso no lo entendíamos (el hombre no se manejaba muy bien en inglés) y me preguntó otra vez, y volví a insistir que new look, (yo sabía lo que significaba, pero pensé que se limitaría a ponerme unas mechas o algo). Al italiano se le pusieron los ojos en blanco y como poseído empezó a cortar y cortar, yo me dejé: no quería dejar pasar la oportunidad de llevar un peinado super cool y made in London , porque tenía previsto un viaje a España unos días después.
No contento con la hazaña del corte, al italiano o al traductor o al que barría, que lo mismo daba, se le ocurrió que podían pintarme el pelo.
- Sí, sí ¿por qué no?.
¡Pues porque no hija, porque no!. Me pintaron el pelo de rojo, pero no rojo caoba, rojo rojo, muy rojo. Cuando salí de allí, todo el mundo me decía que estaba muy bien, claro, eran ingleses, estilistas y los artífIces del jodío new look, ¿que iban a decir?.
Yo, que no podía creerme cómo me había dejado hacer eso, iba mirándome en todos los espejos del metro y de la calle, no daba crédito : ¡era los más parecido a una cerillita con vida que había visto nunca!. Debo confesar que, en el fondo, viví una especie de sensación de libertad. Estuve de compras (un tinte marrón, no podía presentarme así en mi casa ) por Oxford Street, y nadie me miraba ( lo mismito que si hubiera estado en la calle Larga). Ilusa de mí, pensé que si me lavaba el pelo muchas veces, el color se iría. Me hicieron falta dos tintes y muchos lavados para disimularlo. Yo es que no aprendo, eso mismo me pasó con un tinte azul que me puse para una fiesta en el Hippodrome, (es que fue un época muy divertida) y tardé tres semanas en quitar los reflejos azules.
Cuando llegué a Jerez, con el pelo super corto y medio rojo, a mi madre casi le da algo (me había puesto un pendiente de imán en la nariz para desviar la atención del pelo), casi me deshereda en el momento.
A la mañana siguiente , tenía en mi mesa una cita con la peluquera de mi madre (ella no se anda con rodeos).
En la segunda parte, os contaré lo de las "magic mechas" en Gibraltar y lo del moldeador (sí, sí un moldeador) en una peluquería rarísima del centro de Jerez.
**El peinado venía a ser algo así pero en rojo, salvando claro está, las distancias con la modelo.

Comentarios

  1. Jeje, hay que andarse con ojo con lo de los cambios de look.
    Por cierto, me gusta mucho tu estilo narrativo. Tu biografía en "Esta soy yo" me ha parecido genial. Te seguiré de cerca (bueno a tu blog, ya me entiendes, jejeje).

    Saludos desde Prado ;)

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  2. jajajajaja, para mi entrar en una peluquería me infunde mas miedo y nerviosismo que ir al dentista.

    Nunca, nunca he salido de allí como yo quería y para ser sincera, no toda la culpa es de la peluquera (pero sí en mayor proporción ;)

    Jajajaja, llego a mi casa con el pelo así y un pendientito y lo primero que debería hacer es llamar a una ambulancia para mi madre.

    Saludos...esperando lo de las magicmechas :)

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  3. Yo no me esfuerzo en explicar nada, simplemente me dejo llevar, así me dejan, la última vez, una mezcla entre la Duquesa y Falete.

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