El degaste del cuerpo humano


Todos vamos de jóvenes por la vida y bueno, puede que el espíritu acompañe, pero  los cuerpos no siempre.




La figura del  joven de espíritu: Persona que piensa, siente,  y vive  como si el tiempo no hubiera pasado, de hecho se cree que aun teniendo 60 tacos, va a ligar con una niña de 20. 
*(También aplicable a las que hemos pasado la cuarentena y nos gustan chicos de 30).






Yo soy muy  joven de espíritu, (creo, porque empiezo a sufrir menopausia social) pero mi cuerpo no acompaña.
Que  digo yo, que eso que dicen los científicos de que las células se regeneran cada siete años, debe ser una leyenda urbana, porque yo veo que todo se descuelga y no debería ser así, básicamente porque si mis células tienen una edad de siete años, ¿qué coño hacen pa estar tan machacás?
Se me ha descolgao la cara y no ha sido un descuelgue gradual, que va, un día  tenía un óvalo bien definido y al siguiente no tenía óvalo facial.
Tengo unos surcos nasogenianos, que ríete tú del cañón del colorado, y no digo nada del entrecejo, que parece que estoy siempre cabreá con alguien (yo que soy muy zen).
Soy delgada, toda yo entera, y si bien, es verdad que no tengo tripita, resulta que lo que antes era una tabla, (sin haber hecho nunca nada parecido a un abdominal), ahora es piel flácida y colgona.

Creo que se me han movido los dientes, me han adelgazado los labios, nunca me he cuidado las manos, y ahora me veo manos de señora mayor y tengo manchas en la cara, marcas de las espinillas que me quitaba hacía sólo unas semanas (literalmente), ¿qué ha pasado? Y sobre todo ¿por qué me ha pisoteao entera?



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Luego está el tema de las canas;  siempre me he teñido el pelo por cambiar de color, ahora es que no hay más remedio. Tengo un total de ocho canas, entre las patillas y la zona de la coronilla, y me las veo, yo sé que nadie más las ve, porque no es gran cosa, pero yo las veo, sé que están ahí, que existen, como un recordatorio de que la edad no perdona a nadie (ni siquiera a mí).




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Y no, no voy a volver a intentar teñirme el pelo en casa, porque ya ha quedado claro, que lo de elegir colores no es mi fuerte, que cubro más azulejos que canas, y que termino con media cara negra o roja según el color de la tropelía en cuestión.
Así que,  toca ir a la peluquería para los retoques,  como un par de veces al mes, que me crece mucho el pelo, ¿qué va a ser lo próximo? ¿ir a lavar, marcar y ponerme un plí?. ¡Me niego!
¿Por qué yo? ¿Por qué a mí? ¿Por qué un cuerpo desgastaillo, si mi mente está aún en los 30?



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Comentarios

  1. Muy bien dicho. Por cierto, una cosilla, eso de los surcos nasogenianos... suena a algo erótico ¿no?

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  2. De acuerdo en casi todo, porque siempre me gusta discrepar en algo. El cuerpo se estropea por dentro y por fuera, y mantener ese espíritu joven cuesta cada día mas, pero ya te he dicho que me gusta llevar la contraria y hago siempre lo contrario de lo recomendado. Saltibrincos

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