La olla a presión.
A mí la olla a presión, toda la
vida me ha impuesto mucho. La magefesa de asas negras en la que hacía mi madre
los pucheros, me horrorizaba, porque cuando se quitaba el pitorrito (fijo que tiene un nombre técnico menos guasón) aquello
empezaba a girar, soltando vapor, a lo bestia, que parecía que iba a echar a
andar como una locomotora.
Siempre la asociaré a las paredes de gotelé, a los
teléfonos de rueda, a los cuadros esos
de familias que los mires desde dónde mires, te están mirando y al espíritu de los Alcántara (no preguntéis,
cosas de majareta).
He tenido alucinaciones (o
visiones nefastas recurrentes) de la olla estallándome en la cara, desde siempre, por eso la uso muy poco. Si la
pongo, cuando le levanto la valvulita (sí, tiene nombre), salgo de la cocina al
grito de cuerpo a tierra, y cierro la
puerta, no sea que estalle o algo.
Me visualizo a mí misma recogiendo restos de olla y de
garbanzos por todo el pasillo, sangrando por algún sitio, con todos los
cristales de las casa rotos, como si hubiera estallado una bomba y lamentando la
torpeza de no ser capaz de poner un guiso de madre.
(Sí, soy muy exagerada, pero una
lee cosas en internert, y lo que me
imagino es como un campo de batalla de morcillas, garbanzos y restos de metralla
magefesil)
Meter un guiso a una presión superior a la
atmosférica, a mí particularmente, me parece un riesgo innecesario, si puedes
hacer lo mismo con la olla sin cerrar, aunque te lleve más tiempo.
La mente es muy parecida a la
olla a presión, hay límites que no se pueden sobrepasar. A veces, lo que te hacer estallar es una tontería,
pero ya el pitorrito lleva un rato aguantando muchas presiones (leáse aguantando gilipollas por encima de mis posibilidades).
A
veces, me siento como la magefesa, basta que me toquen un poco las narices pa
empezar a girar sobre mi misma con una perfecta loca.
Muy buena la analogía que haces. Hay que despresurizar constantemente, para estar en equilibrio.
ResponderEliminarUn abrazo.
Me uno ti ..la olla a presión nunca la he utilizado , siempre que hago puchero ( como me gusta esa palabra) son como mínimo dos horas y lo bien bien que salen y huelen ..Ahora bien entiendo quien no disponga de tiempo para hacer un cocido o un estofado tengan que utilizarla , para eso están hechas ..
ResponderEliminarY genial esas visualizaciones tuyas con la olla jajjajaj .
Un abrazo y pasa un resto del día como mejor se de.
A mí la olla a presión siempre me pareció un posible artefacto explosivo en manos de personas temerarias.
ResponderEliminarY las maravillas que guarda?
ResponderEliminarBesos
Debería hacerte un comentario con sentido del humor, o hablarte de las que la banda de asesinos etarras usaban para matar, pero me limito a decirte que en mi casa se utiliza, hasta para hacer flanes y que me gusta mas un guiso de olla exprés que uno de cacerola convencional. Y tambien le llamamos pitorrito porque válvula suela fatal. Abrazos
ResponderEliminarCómo me he reído al leer tu texto. Qué gracia. He de admitir que yo cuando la uso le pido a alguien de casa que la cierre y luego que la abra. Me quedo en tu blog, me hago tu seguidora. Qué rato más bueno me has hecho pasar y qué buena analogía has escrito. Chapeau ¡¡¡¡¡
ResponderEliminarFeliz Navidad y año nuevo de maravilla.
ResponderEliminarUn abrazo.
Que texto tan divertido y tan real¡¡ Yo afortunadamente me llevo bien con las ollas a presión pero donde este un guiso cocinado lentamente que se quito la olla rápida.
ResponderEliminarSaludos
Las ollas magefesa son un recuerdo para muchos aunque se sigan utilizando muchísimo.
ResponderEliminarAunque en mi casa además de la olla a presión magefesa ahora tenemos una fissler que también cocina bastante bien.
Besos