La fatiga pandémica o por qué estoy hasta el papo de todo.




Se me hace bola, estoy fatigá, o hasta el mismísimo chirri de todo en general . Y ya está, es un hecho, empirismo puro, fin, punto y pelota. 
A ver,  que no me estoy inventando nada, ni es una percepción de señora pre-menopaúsica tirando pa majara, la gente está harta, todos lo estamos, cada uno a su  manera, eso sí, pero estamos un poquito cansados, claro que a mi lo de mal de muchos no me consuela, porque no me tengo a mi misma por  tonta, pero la realidad es que lo de la fatiga pandémica existe y esto es un hecho irrefutable.
Que cada uno lo lleva como puede, hay quien no sale, hay quien no entra, hay quien no habla, hay quien no calla, hay quien se limita a vivir su vida y  hay quien se inventa la de los demás.
No me pesa lo de no salir, me pesa que el concepto de descanso, entra en franca confrontación con mi  incapacidad sobradamente demostrada, para  parar.
Hace unos días leí en no sé dónde que el alma le dice al cuerpo, "Díselo tú, que a mi no me escucha" y mi alma ha decidido mandarme, un poquito (más) de insomnio acompañado de un cambio pastillil que me ha regalado, ahí de la nada, diez kilos (que ya han vuelto al limbo de kilos que nunca debieron existir), una tendinitis en el hombro, y una especie de cansancio físico que no me pertenece, ni lo quiero para nada.
Para mi, quedarme en casa a dedicar más horas a limpiar o a ordenar, está muy cerca del paraiso, de mi paraíso de persona mayor a la que le han lavado el cerebro con los conceptos de orden, limpieza y la procedencia o más bien improdecencia del buen descansar, así como del buen yantar, que ya que nos ponemos...
En realidad, no puedo escudarme en la pandemia para justificar mis estreses y mis ansiedades, que llevan conmigo desde que mi madre me pidió a París, ni tampoco para encargar un par de asesinatos, no creo que sea atenuante para un juez ¿no?.
- Lo siento señoría, encargué su asesinato porque tenía fátiga pandémica y no respetaba las normas.





La culpa, la puñeterísima, absurda e   HDLGP culpa, se nos agarra dentro y nos revolea hasta dejarnos en un patético estado de autodesprecio por permitirse descansar.
















Yo quiero ser capaz de sentarme con mi libro en casa, sin que una mierda de voz chillona, (porque yo para reñirme a mi misma pongo voz de pito, tipo llamarme Agnes y trabajar en un concesionario de coches de ocasión),  me diga que hay un par de camisetas en el cesto de la colada o que la cena no se va a hacer sola. Porque para mi eso, (leer en paz conmigo misma) es gloria bendita, no pido más, no necesito más.






Por otra parte, y aunque mis desórdenes mentales no tienen nada que ver con la pandemia y sus efectos colaterales, tampoco se puede decir que la situación acompañe. Aunque añore el maravilloso silencio del confinamiento, el hecho de saber que puedo salir al campo o visitar un pueblo en el que no hay una  súper-población de instagramers haciendose fotos, me reconforta lo suficiente para seguir adelante sin grandes traumas.
De momento, cada día me obligo a mi misma a no bajar las cortinas para lavarlas, más que nada porque las del salón ya están dos dedos cortas, (un lavado más y las tengo que usar para limpiar el polvo), me conformo con disfrutar del silencio de algunos momentos, raros, en los que mis vecinos no están cerrando puertas como si los pomos no se hubiesen inventado, y procuro descansar, sí, descansar sin sentir como me corroe la culpa (y me está costando mucho).
 
 

Comentarios

  1. A mi el silencio en general me reconforta bastante.


    Besos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. el silencio es fundamental para vivir en paz. besos.

      Eliminar
  2. Bravo Alicia creo que cuando leas lo que nos dejas te habrás quedado al menos satisfecha contigo misma y eso es una victoria para ti.
    El silencio es algo que muchos no saben apreciar en su justa medida , sobre todo cuando leemo , necesito silencio absoluto . Y lo demás dejemos pasar y centrarnos en nuestro bienestar. Un fuerte abrazo y me ha gustado leerte.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No hay nada como el silencio para vivir en paz, esos portazos, por favor, la forma de subir las persianas...un abrazo, bonita

      Eliminar
  3. Hoy ya lo he dicho dos veces, estoy a un paso de declararme en rebeldía, no es que quiera algo que tuve, no busco lo que fue, es que odio lo actual, a los que hablan, a los que otorgan, a que manden sin tener razones, no aguanto a los sabios, a los listos. Abrazos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hazlo Ester, declárate en rebeldía, si esto ya no hay quien lo aguante, la de gente que está saliendo que entiende de pandemias, vacunas y de todo...me apeo de la vida...
      Un besazo.

      Eliminar
  4. Tengo un problema, a estas alturas no se lo que quiero.

    Saludos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Yo tampoco, vivo en un si pero no, pero puede ser, pero ay no, mejor no.

      Eliminar
  5. licia creo que has expresado el sentir de la mayoría, o al menos el mío.
    'Qué "jartica" estoy.

    ResponderEliminar
  6. jajaja, yo también tengo unos vecinos como los tuyos...
    Yo pienso que lo del confinamiento no me afecta porque siempre he sido muy casera, porque siempre he disfrutado de estar en mi casa. Pero hay momentos en los que creo que me estoy autoengañando, por eso me repito tanto que no me afecta. Y ahora que te leo lo veo claro. Lo que me afecta es que a los sitios que iba antes y no había nadie ahora están llenos porque no se puede hacer nada más, porque todos tenemos que salir a la misma hora, que el silencio en casa ya no existe porque los vecinos también están.
    Vamos, una mierda todo.

    Besos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. jajaja si hija yo disfrutaba cuando no oía las puertas abrirse y cerrarse tanto, ahora cada vez que oigo una me pregunto "onde coño irá esta con la hora que es?, que ya estamos cerca del toque de queda.."

      Eliminar
  7. Comprendo tu malestar y el de muchos de los autores que comentan, pero en lo que a mi respecta, sigue valiendo la pena vivir.
    Besos y animos.

    ResponderEliminar
  8. Hasta las narices.
    Ya no aguanto tanta represión, tantas decisiones contradictorias y tanto encierro innecesario.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Comentando que no criticando.

Entradas populares