Ansia viva.
Podría haber heredado los ojos verdes de mi madre o su pelo rubio ceniza (y liso), me podría haber tocado en suerte la capacidad analítica de mi padre o algo de la altura de su familia, pero no, que va, las leyes de la puta genética han decidido que el fatiguimismo-ansioso del patriarca sea pa mi pa siempre.
Mi yo racional comprende que la
vida tiene sus tiempos, que las personas necesitan hacer las cosas a su ritmo, y que me tengo que adaptar (siempre me adapto yo, coño ya) .
Pero mi yo loco e irracional,
quiere todo para ya y no entiende, ni puede asumir, que todo en la vida exige unos tiempos
que hay que respetar y sufre (mucho) con :
-La gente que camina por la calle o por un centro comercial ocupando todo el espacio, que no puedes adelantarlos, y van ¡PASEANDO!, pero señordioscristodelacaridad, ¿no tenéis nada que hacer?
-Tener que adaptarme yo al ritmo de pensamiento de la gente: por favor, por favor, que me pongo muy nerviosa, cuando veo que la gente necesita procesar la información de una manera tan lenta, que al final, repito lo mismo de tres o cuatro formas distintas.
-Tener que depender de otra persona
para que un trabajo se haga.
-La gente que empieza a
arreglarse a la hora a la que hemos quedao (¡venga ya, sé que os tiráis en el
sofá y se os va el santo al cielo, no estáis tan ocupados!)
- Los que se quejan todo el rato
de lo cansados que están cuando sé que no hacen ni la mitad de las actividades que hace un adulto funcional medio a diario.
- El pucherito, todos los días instalados
en la pena y en los achaques.
Me gustaría que la gente quisiera vivir peligrosamente (y adaptarse a mí) y se moviera con un poco de brío: mido metro y medio y camino más rápido que personas cuyas piernas miden casi lo mismo que mi yo de cuerpo entero.
No soy fan de las series
(precisamente porque no hay una trama que empiece y termine en un par de
horas).
Hace un par de domingos, vi en una plataforma digital, lo que yo pensaba que era una comedia romántica
española. Me pareció una forma cero estresante de pasar la tarde del domingo (gran
error por mi parte, me generé yo sola un absurdo estrés que no necesitaba)
Resultó ser una serie, (ventajas
de buscar entretenimiento sin gafas, que lo mismo te pones una peli que un
documental), eran tres temporadas de diez capítulos (insisto, la historia
resolvía en dos horas como mucho)
A pesar de que la trama era
predecible, y los actores tirando pa regulinchis,
la vi entera en una semana (señó, que puto estrés).
¿Qué significa esto? Que mi nula
capacidad para esperar, se extiende también
a los momentos lúdicos, que no dejo nunca nada a la mitad, (aunque no me
encante), que soy una ansias viva y que a veces no me aguanto ni yo.
Ser yo es agotador y no está nada valorado.
Volviendo de mis vacaciones y sin un ápice de filosofía, solo tengo a abrazos
ResponderEliminarNada mejor que ser una misma, un montón de besos
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