Bipolaridad (o menopausia?)

                                  A   veces nos abducen las tareas pendientes.

A veces, somos nosotros mismos, los que nos ponemos ocupaciones y resulta agotador. En esa luchar por terminar, van surgiendo pequeños fueguitos que hay que sofocar,  y sentimos que no avanzamos,  o no lo hacemos a buen ritmo y entonces llega esa especie de martirio en forma de sentimiento de culpa No hay una manera más absurda de autoflagelación.

Personalmente,  (todo el mundo sabe que tengo un par de desórdenes mentales), me cuesta procrastinar (el dejar para mañana de toda la vida), así que, voy por ahí dando tumbos del cansancio, del hartazgo, del meapeoenestaquestohacogidocarrerilla.

No soy capaz de dejar algo para otro día, así que, si decido empezar una tarea, ineludiblemente,  tendré que  terminarla. HOY.

Incluso si no es urgente.

Incluso si tengo más cosas que hacer.

Incluso,  si en un ciclo (uno de tantos) de pensamientos rumiantes,  he decidido convencerme a mí misma,  dejarlo para mañana (y quien dice mañana, dice pasado), vuelvo otra vez una, dos, mil veces más, a tratar de gestionar el tiempo para hacerlo todo, porque el mañana veré no existe (no existía) en mi mundo.

Mil veces mil, la misma secuencia, lo pienso todo, lo repienso y cuando he decidido qué tareas pueden esperar, me descubro a mí misma aparcando el centro comercial, porque lo que había descartado,  por no ser urgente, ha pasado por arte de magia a serlo.

Pero como todo en la vida es susceptible de empeorar, y bien digo: empeorar, he descubierto que la señora pre menopáusica que habita en mis interiores,  practica el estoicismo o el sudaelcoñismo, vamos, básicamente le de  igual todo.

Que ya no corro, porque esta señora me dice que no merece la pena, que si no acaba algo, pues oye que se queda sin hacer y santa pascuas.

Pero como no todo puede ser una fantasía, la antigua Alicia, la que tiene un TOC (o dos) está ahí en la retaguardia, siempre dispuesta a recriminar la falta de  ganas de producir, siempre murmurando bajito que no puede ser.

Así que, en esto consiste mi lucha: por una lado está la majara menopáusica y por otro está la del desorden mental que no concibe el poco a poco.

El resumen es que estoy cansada , mucho, ya os contaré en lo que me he metido voluntariamente.