Sonrio sin ganas, me levanto y me voy: mal asunto.

 Al hilo de esta entrada,  la suerte, ando dando vueltas a estos asuntos de la suerte. Tengo clarísimo que en mi caso, la suerte ha brillado por su ausencia , como dice Toni Acosta, los sueños no se cumplen, los sueños se madrugan, se trabajan, en definitiva se luchan. 

Pero a veces tiene una la fortuna de encontrarse con gente cuyo único mérito en la vida es existir o tener pene.

A ver, me explico: hay un tipo de mujer que a .  vamos a dejarlo en,  me molesta levemente, cuyo único mérito es ser la consorte de.. y oye que no está mal, que es lo que has elegido en la vida y eres feliz, pues muy bien.

El problema viene cuando el portador del pene en cuestión,  decide cambiar de consorte, ahí la señora-florero, no sabe ni donde se ubica su persona misma en su mismidad,  y como ella entiende la feminidad de una manera muy particular, pues acude en busca de otros portadores de miembro viril, en busca de ayuda.

Puede ser para cualquier cosa, aquí suele entrar en juego otra señora florero,  que ofrece los servicios de gestión del hogar o de lo que sea, de su hombre.

Bien, pues estaba yo un día asistiendo sin parpadear a la petición de ayuda desesperada de una persona a la que quiero mucho, mucho y oh! chopecha! otra señora(florero ella, macho-man él)  le aclara que su marido entiende mucho de todo.

Yo muda, juro por mi madre de mi alma que no había ni pestañeado, a pesar de que se me estaban retorciendo los intestinos, y  el salva vidas en cuestión,  me mira,  y me pregunta algo referente a una reforma que estaba yo haciendo en casa en ese momento. No sé ni lo que era, no me acuerdo ni siquera como salí del paso, sólo sé que pensé. " a ver chiquitín que cuando tú andabas estresao con las vocales, contando con los dedos,  y haciendo palotes en la cuadrícula, yo vivía sola en Londres, igual eso te da una pista de la falta que me hacen tus consejitos de machirulo" 

Sé que excusé y me fui. Lo que el mundo en general, y el marichurulo en particular,  me deberían agradecer hasta el fin de los días, es que, de momento, sea capaz de aguantarme lo que pienso sin pasar a la acción. 

Hoy en el desayuno, he sonreído con la boquita pequeña, me he levantado y me he marchado Digamos que,  una señora cuyo único mérito laboral,  es ser quien es, me da dolor de cabeza y antes de hacer algo irreversible,  y que luego salgan mis conocidos en los telediarios diciendo "no se entiende como ha asesinado a tanta gente, la muchacha parecía normal, siempre daba los buenos días", he preferido, de momento, prefiero retirarme elegantemente. Ya veremos como acaba esto.

He currado mucho para llegar, no puede ser que ahora, porque me esté volviendo loca con los  achaques de la edad, me vaya a quedar sin nada, total, por asesinar a un par de idiotas que nadie iba a echar de menos.