Los espejos.


Los espejos como utensilios de tocador y objeto manual fueron muy usados en las civilizaciones egipcia, griega, etrusca y romana.
Se elaboraban siempre con metal bruñido, generalmente cobre, plata o bronce, lo cual los encarecían bastante, razón por la que sólo estaban en casa de las familias de clase alta.
Durante la alta Edad Media, apenas se hizo uso del espejo, hasta que en el siglo XIII empezó la fabricación de los de vidrio y de cristal de roca sobre lámina metálica, sin dejar por esto de construirse los de sólo metal hasta el siglo XVIII.
El espejo, como mueble de habitación, se conoce en el siglo XVI, pues aunque durante los dos siglos anteriores se citan algunos ejemplares históricos, apenas eran conocidos y su uso era poco corriente. En esta época, se presenta con marco elegante y pie artístico y ocupa lugar distinguido en el salón como objeto movible y de dimensiones reducidas. Hacia finales del siglo XVII las fábricas venecianas logran construir espejos de gran tamaño y desde entonces sirven como objetos singularmente decorativos en los salones, en los que ocupan un lugar destacado.
Durante toda esta etapa, los espejos son sinónimo de elegancia y opulencia.
Los espejos modernos consisten de una delgada capa de plata o aluminio depositado sobre una plancha de vidrio, que protege al metal y hace que el espejo sea más duradero, y por supuesto mucho más asequible, hasta el punto de que un espejo puede llegar a costar unos 15 euros en Ikea.
Aunque antiguamente eran muy caros y poco frecuentes, hoy día están en todas las casas, en todos los coches, en los escaparates, en las tiendas, en las cafeterías y en general, por todas partes. Sabiendo lo baratito que sale un espejo en cualquier sitio, y lo fácil que es encontrar uno, hay cosas que no se explican.
Iba yo, caminado por El Puerto de Santa María, y aparecen tres adolescentes. Una de ellas, llevaba unos pantalones harem o saroel de color blanco (tirando para muy transparente) con unas moneditas doradas de adorno por la cadera y las piernas.
Debajo de la prenda en cuestión, llevaba la chiquilla, una especie de legging subido hasta la rodilla, (se le veía por las aberturas de los lados), a la criatura , se le marcaban además (por si no fuera bastante) las costuras de las braguitas que eran de el tipo, short. Además, para completar tan acertada elección, iba vestida por arriba como de invierno: jersey, negro o gris o marrón (color indefinido) de punto muy grueso, bufanda, mitones, y botas negras tipo militar. Yo, que no podía con tanto surrealismo pensé que lo mismo iba a una fiesta de disfraces que, aunque la cuaresma ha empezado, nunca se sabe....
En fin, que ya que estaba, miré para arriba, y entonces lo ví: una especie de brillo inexplicablemente sospechoso en la parte inferior de la melena de la muchacha, era como ese brillo-plasticoso, que tiene el pelo de la Nancy: extensiones, y de las malas.
Las amigas, no tenían tampoco ningún desperdicio, una de ellas era una especie de gótica, pero con sabrinitas blancas y la otra, no sé, una especie de look extraño con prendas superpuestas al más puro estilo Helena Bonham Carter, o no, o sólo era casualidad.
El caso es que este mes vamos a pensar que son disfraces, pero cuando llegue el Domingo de Ramos ya no habrá excusas y volveremos a los estilismos complicados de todas las primaveras. No hace frío para ropa de invierno; si sales a las cinco de la tarde con el abrigo de paño, te puedes morir de calor, pero si te pones la ropa de temporada que lleva colgada en el armario un mes, te arriesgas a coger una pulmonía si te dan las diez y las once, las doce y la una y las dos....cosa que suele ocurrir en estos Santos días.
Pues nada, tomaré aire y esperaré impaciente a que llegue la Semana Santa con su incieso, sus túnicas, sus cirios y sus estilismos para olvidar.
Cuando llegue la temporada de bodas, volveremos a hablar de mis dudas estéticas, porque este es un tema aparte que bien merece una entrada.
Concluyendo: a falta de espejos,madres y a falta de ambas cosas, amigas, pero vamos a evitar romperle las pupilas al prójimo, porfaplis.

Comentarios

  1. Yo hice un "Cursillo Belenista" de 15 días de como hacer un río con un espejo.

    La mejor Pasarela Cibeles es en la época de Comuniones, ¿Cómo es que te las saltado?, un elegante saludo....

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  2. hola Mané, esto de los Belenes, nos lo tienes que contar bien.
    Lo de las Bodas, Bautizos y Comuniones, merece una entrada exclusiva, estoy tomando notas de lo que veo, si paso por una Iglesia o el Ayto y veo movimiento me siento a tomar algo en un bar cercano, pa observar.....

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