Y si dudas, brilla aún más.
Estaba hace unos días sentada en un cafetería. Mientras tomaba un café, pude escuchar la conversación de tres chicas. Hablaban mal de una tal Julia, pasaron unos 20 minutos en los que no dejaron de criticar desde el pelo, hasta la familia, de repente, la conversación cesó, porque Julia entró a tomar café con ellas. Julia una chica hermosa y educada, se comportó de forma amable y cariñosa con el trío que unos instantes antes la estaba destrozando. Sin saber nada de las barbaridades que decían de ella, las invitó a una cena el domingo (por el cumpleaños de su madre) , una cena en su casa, su espacio privado, su refugio.
No pude dejar de mirarlas, sorprendentemente, ellas habían pasado a alabar a Julia, a su hermano hasta a su novio. Julia terminó su café y se retiró.
El trío volvió a su tema favorito: Julia, pero ahora la preocupación
era la ropa para ir a la fiesta.
Mirando al trío y a Julia, vi como la envidia, la amargura y la
hipocresía vuelven feas a las personas. ¿Cuántas veces fuiste Julia y sin saber
trataste bien a quien hablaba mal de ti?
No les des el gusto nunca. ¿Cuántos tríos como ese hay entre ustedes y
retrasan su vida por pura maldad y envidia?, ¿Para qué?, ¿Por qué? , ¿Qué
ganan?
A veces no tienes nada, pero lo poco que tienes es demasiado para la
gente pobre de espíritu.
Cuídate, la envidia y la maldad caminan juntas y pueden estar a tu lado
y tú ni siquiera lo sospechas.
Vía lo que diga la
rubia
Hace unos días leí este texto por
las redes, y me hizo pensar un ratito. He sido Julia muchas veces, he notado
como había gente que me detestaba sin conocerme, he notado como había personas
que, simplemente inventaban y destrozaban todo lo que yo era y soy, sólo porque
ellos no alcanzan a ser.
Pero lo más triste es que, alguna
vez, también he formado parte del trío de envidiosas, antes, mucho antes de ser
quien soy, cuando era una niñata sin bagaje vital y sin criterio propio.
Lamento profundamente si alguna
vez quise, por envidia y desconocimiento, apagar la luz de quien brillaba más
que yo.
Y también lamento mucho que aún haya mujeres que me odien profundamente, lo lamento por ellas porque pienso seguir brillando
Es cierto que la envidia y la maldad van de la mano , algunas veces cuesta distinguir porque no piensas que quien son tus amig@s vayan hacer tal cosa. Una cosa es cotillear todos lo hacemos inconscientemente , otra muy distinta es criticar y atacar a la persona amiga. Un abrazo y a brillar cada uno con su propia luz interior.
ResponderEliminaray la gente oscura no soporta ver la luz, que pena.
EliminarAbrazos!
Es muy cierto todo lo que relata esta entrada, solo añadir que ese cambio de actitud cuando entra en escena Julia se llama hipocresía, otros lo llaman buena educación. Moraleja: desconfíen de la gente muy educada. Lo demás ya lo ha expresado con gran acierto la autora del blog.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
No se sabe que es peor, si la gente hipócrita o la que va de sincera y con el rollo del sincericidio son unas mal educadas
Eliminarbesos, guapete
“No me digas lo que hablan mal de mí.
ResponderEliminarDime porque se sentían cómodas contándotelo a ti”
Y yo te dejo esta frase que tambien circula por la red. y un abrazo
Cierto, ¿por qué se sintieron cómodas?
Eliminarbesoss
Yo creo que todos nos hemos encontrado alguna vez en las dos situaciones, el caso es en cual de ellas nos quedamos.
ResponderEliminarBesos.
Yo me quedo en la de las personas que no critican y que cuando ven que una mujer es guapa o inteligente o le sienta bien un peinado, se lo digo, porque no hay nada más bonito que reconocer las virtudes de los demás.
EliminarHay gente tan vacía y obtusa que solo puede llenar su mente con la maledicencia.
ResponderEliminarDan pena.
Besos.