El que calla no siempre otorga, el que calla, a veces, lo que no quiere es un conflicto.
Según la wikipedia:
El quietismo o molinosismo fue un movimiento místico surgido en el
siglo XVII en el seno de la Iglesia católica, especialmente en España, Francia
e Italia. Fue propuesto por el sacerdote y místico español Miguel de Molinos en
su Guía espiritual que desembaraza el alma y la conduce por el interior camino
para alcanzar la perfecta contemplación y el rico tesoro de la paz interior,
publicada en 1675.
Enseñaba la pasividad en la vida espiritual y mística, ensalzando las
virtudes de la vida contemplativa. Sostenía que el estado de perfección
únicamente podía alcanzarse a través de la abolición de la voluntad: es más
probable que Dios hable al alma individual cuando ésta se encuentra en un
estado de absoluta quietud, sin razonar ni ejercitar cualquiera de sus
facultades, siendo su única función aceptar de un modo pasivo lo que Dios esté
dispuesto a conceder.
A veces, callamos para evitar una
discusión absurda. Cuando el contrincante no aporta nada, personalmente, no
pierdo tiempo, ni energías en intentar debatir nada.
El problema es que, cada vez son
menos las personas que considero aptas para un intercambio de opiniones, los
obtusos que quieren imponer su criterio a la fuerza no entran dentro de lo que
considero digno para debatir y los que tienen un criterio
porque se lo ha dejado su familia (o la hermandad de la Virgen del manto de
leopardo) en herencia, tampoco.
En una red social vi una frase
que me encantó “Yo a mi edad ya no
discuto, te doy la razón. Tú te sientes bien, yo observo lo gilipollas que eres
y aquí paz y después gloria”
(Vía Que me quiten lo bailao)
Pues eso, que no me voy a
desgastar en discutir tontadas, puede que, parezca una persona tímida, insegura o sin criterio
propio, pues muy bien, tampoco me voy a molestar en defender nada, básicamente
porque
Que no, que no, que me da pereza hablar con personas ante las que hay que defender lo obvio.
Nos dejas frases dignas de enmarcar , aquí es donde digo que dos no discuten si uno no quiere. Con lo fácil que es vivir y dejar vivir, pero siempre nos inmiscuimos donde no nos llaman. Un abrazo Alicia.
ResponderEliminarAy Campi, pero la gente es muy pesada y se empeñan en imponer su criterio y tener que defender obviedades, a mi personalmente, me mata.
EliminarQuizás es la ventaja de cumplir años, que ya no tiene una el cuerpo ni la mente para perder energías con tontunas
ResponderEliminarSí, es una de las ventajas, que ya es una más selectiva con las batallas.
EliminarTonterías las justas y a ciertas edades... menos.
ResponderEliminarA estas alturas explicarle ciertas cosas...no tengo fuerzas ya.
EliminarCuando me callo me salen subtitulos en la cara. Unos abrazos
ResponderEliminarjajaja y en mayúsculas que son los gritos virtuales.
EliminarToda la razón del mundo 😉
ResponderEliminarBesos.
Besos, guapi.
EliminarAunque sigo tu consejo y me resulta fácil ,ya que con la edad uno se hace un poco displicente, hay momentos en los que esa obviedad de la que hablas ,hace que por los ojos te salgan "chiribitas".
ResponderEliminarBesos.
nada, un poquito de colirio y santas pascuas. Abrazos!
EliminarEl de hablar sola me ha atrapado, jajajajja
ResponderEliminarBesos.