Las leyes de la genética

 

Siempre cuento que, el día en que se repartieron los dones familiares, yo debía estar a por uvas o me pilló en una crisis de ansiedad y no conseguí llegar a los buenos, asumo lo que me toca, pero vamos que podría haber estado mejor:

Podría haber sacado los ojazos verdes de la mamma, pero me tocaron en suerte los marrones (miel) del patriarca.

Me podía haber quedado con la agilidad mental para las matemáticas de mi padre, pero me tocó la mente humanista de mi progenitora, que queda como muy cool, pero no sirve para nada.

Podría tener la habilidad que tiene mi padre para decir lo que piensa sin faltar, ni resultar desagradable (a veces se le va de las manos), pero me tocó la prudencia extrema de la matriarca. 

He de decir que la mamma de repente desarrolló un mesudaelpapismo como de la nada, que nos hace pasar vergüencita. De cero a cien en un visto y no visto, y el patriarca ha moderado mucho su discurso, con lo cual en los próximos años, puedo volverme más pava o comerme al que me tosa cerca ¿qué pasará? ¡Qué emoción! (en mi familia uno nunca sabe nada).

 

Podría tener la estatura normal de persona humana del páter, pero tengo la estatura normal tirando a altita si eres una gnomita de mami.

Podría tener la capacidad de afrontar, todo en general,  sin despeinarse de mi madre, pero heredé una suerte de incapacidad para controlar las ansiedades que ríete tú de la hiperactividad de un hámster, a mil todo el día, todos los días, que no sé cómo no me ha estallado ya la patata.

Me he quedado con la generosidad de ambos, el sentido del humor, (cada uno en su línea), la capacidad de amar a los hijos, las ganas de salir adelante siempre, que nos han grabado a fuego, esa mierda de competitividad absurda que no te deja descansar nunca, el respeto hacia los demás, sean cuales sean las circunstancias, esa apertura mental que agradezco infinito, porque no podría vivir lo que vivo sin eso, y el intentar siempre-siempre ponerme en el otro lado.

Soy el híbrido familiar, pero podían haber afinado un poco más, que lo de la ansiedad me mata.