Aqui y ahora.
“Cuenta una leyenda universal que, hace muchas épocas, las personas eran animales simbióticos: iban siempre acompañadas de un pájaro diminuto, de plumaje brillante y canto melódico y como un susurro. Se llamaba Ahora. Los Ahoras acompañaban a los humanos día y noche, revoloteando por sus cabezas en silencio, y eran pajaritos muy sabios y sencillos.
Cada vez que sus simbiontes contemplaban un
paisaje hermoso, miraban a alguien a los ojos, o vivían cualquiera de esos
mágicos eventos que suelen discriminarse solo por ser cotidianos, el Ahora les
daba un pequeño picotazo en la cabeza y cantaba; entonces las personas tenían
un Momento de Consciencia. Vivían el presente con más nitidez y eran felices.
De hecho, los Ahoras se alimentaban de las
emociones que se desprendían de estos momentos, y de ahí la simbiosis. Había
gente que se hacía muy amiga de sus Ahoras y estos les daban Momentos de
Consciencia a cada instante. Sin embargo, algo ocurrió. Llegó un punto en que,
por motivos siniestros, la gente empezó a establecer relaciones con otras dos
aves, una de plumaje negro y otra blanco: se llamaban Antes y Después, y poco a
poco, los Ahoras fueron muriendo, la magia de los pequeños detalles
desapareció, y los Momentos de Consciencia se perdieron para siempre.
Mas este no es el final de la historia, pues la
leyenda asegura que los hermosos Ahoras, aunque ya no puedan volar ni picarnos,
siguen viviendo en el alma de cada uno de nosotros, esperando que retomemos la
simbiosis y podamos ver la magia de nuevo.
Incluso dicen algunos que… si cierras los ojos,
respiras hondo y sonríes, podrás sentir, en el corazón y en la mente, el canto
y el picotazo del Ahora, y al volver a abrirlos el mundo será brillante.”
Óscar
Sorialez
No estaría mal
llevar al lado a uno de esos pájaros para que nos recordara lo que de verdad
importa, las cosas sencillas que nos hacen felices:
Nadie en la cola
del súper.
La sonrisa de un
desconocido.
Una conversación
con alguien que aporta cosas bonitas
El olor de las
velas de Imperial Rose de Rituals.
La risa de un
bebé.
Esta canción (en
bucle).
Ver atardecer en
una playa, con una copa de vino.
Que no se mueran
las plantas del balcón.
El aroma de las
noches de verano en el sur.
Castañas asadas
en otoño.
Decir no a cosas
que no convienen.
Bailar como una
loca, esta:
Leer un buen libro
al lado del mar o de un río; el agua, siempre.
Que alguien de
quien no esperabas nada, te sorprenda tendiendote una mano.
Fresitas de gominola.
y mil cosas más.
Preciosa historia y me gustan todas las cosas que has enumerado. BESICOS.
ResponderEliminarHas llenado mi noche con tu entrada de hoy, que historia más bonita y que falta hacen esas aves que nos recuerden el ahora.
ResponderEliminarTú lo has sido con esta entrada y con las cosas que son dignas de un ahora.
Besos