Ladran, luego cabalgamos

“Ladran, Sancho, luego cabalgamos”.
Los orígenes de esta expresión, no están muy claros, parece ser que,  al incluir el nombre de Sancho, se le  atribuye a Cervantes y a su más insigne obra, pero lo cierto, es que no aparece en ningún momento en El Quijote.
Se piensa que puedo ser   Unamuno, o Rubén Darío o Azaña, de momento,  lo único probado es que Orson Welles  la utilizó arbitrariamente en su película “Don Quijote”.



La realidad,  es que se usaba coloquialmente  ya (sin incluir el nombre del escudero) antes de Welles.

Por otra parte, Johann Wolfgang von Goethe, publicó  en 1808 el poema titulado ‘Ladran’ (Kläffer), el cual decía:

"En busca de fortuna y de  placeres
Más siempre atrás nos  ladran,
Ladran con fuerza…
Quisieran los perros del potrero
Por siempre acompañarnos
Pero sus estridentes ladridos
Sólo son señal de que cabalgamos."

Llegados a este punto, hay quien asegura que fue Rubén Darío quien acuño la expresión  que conocemos hoy. "Ladran, luego cabalgamos",  solía decir cuando recibía críticas en los círculos sociales por su mestizaje de origen.

Alguna fuente indica que hay una un proverbio turco, más antiguo que el poema de Goethe,  (aunque no se indica de cuándo es) y que dice ‘Los perros ladran, pero la caravana avanza’.

Nos quedamos pues, con una expresión del pueblo;  fácil, directa, que describe a la perfección los españolísimos vicios del chismorreo, de las envidias y del mal perder.
Sálvamesdeandarporcasa, marujillas y marujillos que se alimentan de lo que hacen y dicen los demás, aburrimiento, hastío, vidas sin sustancia, gente sin alma (que diría Sabina), gente barata que no sabe qué hacer.
En fin, seguramente hay una explicación científica pa esta licencia del malcomentar, pero yo ya me rindo.
Que ladren pues, que ladren...

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