Todo el mundo tiene un sueño.


Si hubiera podido elegir profesión, creo que hubiera sido librera, pero no una librera de las que le preguntas por un libro y lo consultan en  el ordenador, no, de las que conocen a todas y cada una de sus criaturas y se van a la estantería directamente.

Igual con  el tipo de librería que tengo en mente no me iba a hacer  rica, pero puestas a soñar, me puedo imaginar que he recibido una herencia o algo y no me hace falta el dinero.

Veo  un local no muy grande, pero sí muy acogedor.

Se accede al interior a través de  una puerta rescatada de un antiguo  castillo o  de una casa palacio, con una enorme aldaba  y con brillantes remaches de bronce.



Es un rinconcito muy luminoso;  la luz entra a raudales por las ventanas que están vestidas con unas cortinas de yute en tonos neutros.











Hay un par  mesas bajas  con ese encantador aire antiguo que dan las maderas patinadas, butacas de colores suaves con mantitas y un samovar al lado (vale que no voy a ganar pasta con esto, lo tengo claro).




Lámparas de pie de cualquier rincón del planeta, estanterías del suelo al techo de madera, miles de libros, ejemplares raros, (nada de Belén Esteban,  ni de 50 Sombras de Grey), descatalogados, libros imposibles, todo tiene cabida en mi rincón.






En un tablón de anuncios hay folletos con clubes de lectura, citas para lecturas dramatizadas, conciertos acústicos, y concursos de dibujos para los niños, que tienen,  sin duda, su zona  especial, dónde  pueden mirar los libros que quieran, sentados en una alfombra mullida de color piedra.





Como conozco  a todos mis clientes,  les puedo  hacer recomendaciones, hablamos sobre autores en una butaca verde porcelana,  con un té de vainilla en una taza de topitos.






¿Gatos?, sí, puede haber un gato o dos, ¿chimenea?, puede…no quiero que nada desvirtúe  el aroma a papel y tinta.





Puede que cuando me jubile o puede que antes me toque una lotería o algo…


Todos tenemos un sueño, este es el mío, ¿cuál es el tuyo?.


Comentarios

  1. Hay librerías soñadas, recoletas y personales, se puede leer y charlar,otras donde los libros están a la altura de la vista, en esas lo que mas me molesta es que me pregunten que busco, porque no busco, miro y me enamoro. Me gustan los libros y la casa donde habitan. Saltos y brincos

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