Mal, todo muy mal

 

Premisas básicas (y erróneas) en la que hemos basado nuestro deambular por la vida:

Amar al prójimo: pues no sé, depende un poquito del prójimo, porque hay cada prójimo que es pa darle una patada en la yugular.

Ser compasivo: pues más de lo mismo, ¿no? si tengo que ser compasiva con alguien cuyo mayor problema es que tiene un hongo en la uña del dedo gordo del pie derecho (concretamente) y yo voy camino del hospital para que me quiten la vesícula o el bazo o algo, pues ya te digo que la compasión no me sale espontánea. Veo más probable una  combustión espontánea que decirle: “no te preocupes, reina, que el hongo se te quita y te quedará un enseñanza espiritual”

Poner la otra mejilla: pues yo tengo sólo dos y las tengo morás de los bofetones, no, no me da la gana.

Ser humilde:  que sí, que sí, pero que el problema es que mucha gente confunde humildad con barra libre para pedir, molestar, aprovecharse y exprimir que  soy como un limoncito que lleva dos meses en la nevera, no queda nada ya que sacar.

No hacer lo que no quieres que te hagan: pues aunque parezca muy obvio, en realidad, cada uno de nosotros, tiene una necesidades distintas, con lo cual, cada uno de nosotros demandamos una forma distinta de ser tratados. Si bien es verdad,  que hay verdades universales: si no quiero que me arranquen la cabeza, especialmente ahora que estoy en un momento pelazo, lo mejor será no hacerlo yo (aunque me muera de ganas).

No mentir: ¿cómo que no?, hombre si dijera en todo momento lo que pienso, estaría ya encarcelada o en un psiquiátrico.

Sentir culpa: desde los tiempos de nuestra antepasada Eva, no hemos hecho otra cosa que sentirnos culpables de todo y por todo. Pues ya está,  vamos a empezar a delegar asuntillos  y culpitas, ¿no?.

Competir entre mujeres: Nos han enseñado a odiarnos, lo llevamos en el puñetero ADN. Es esa loca e insana competencia entre nosotras, que nos lleva a menospreciar a las demás, sólo porque tienen algo que nosotras no (y casi nunca es algo material).

La expresión Envidia sana: no, no existe, la envidia nunca esa sana.

El tiempo pone todo en su sitio: pues no, yo debería estar en una playita tomando mojitos y estoy encerrada en una oficina y corriendo 24 locas y delirantes horas,  para terminar siempre en el mismo sitio.

Ayudar al necesitado: a ver, que aquí voy a quedar de mala persona, que yo ayudo a quien me pide ayuda,  y siempre estoy para todo el mundo, pero es que hay gente que nuncajamasdelosjamases deja de estar necesitada; de cariño, de atención, de la palmadita en el hombro, de contar un drama tras otro, que al final es una puñetera tragedia griega, ya para esto no estoy.  aim sorry veri mach mi arma.

 

 

En fin, que, en general en la vida, estoy hasta el coño de ser buena persona, pero que, en el fondo me siento mal, cuando me veo en la obligación de afear el comportamiento de alguien, o de comentar (never criticar)

Vivo en un sinviví y esto no es bueno.