Quiero!

Yo, que he estado muy zen en vacaciones,  quería que mi primera entrada del 2020 fuera positiva. Y lo va  ser, voy a hacer una lista de maravillas que me emocionan, pero tengo que ponerle una peguita al año; estoy harta, pero lo que viene siendo hasta el chichi, de discursitos políticos por las esquinas.

Tengo miedo a abrir las redes, a salir a la calle o a asomarme al balcón,  por si uno de estos neo-politólogos, necesita largar el speech del día y me pilla cerca.
De verdad que estoy por irme al Tíbet a orar o algo, esto termina en guerra civil.
Si me queréis, irse (o dejadme en paz, plis).

Bien, dicho esto, (por aquello de  compensar), lanzo al Universo el listado de maravillas que tengo y que no me hizo falta pedir a los Reyes Magos.

Salud, dejando de lado que goteo mocos las 24 horas, el resto del cuerpo no  está mu malote.

Amor, en todas sus formas y colores.
Ser capaz de amar a pesar de los daños pretéritos.

Amigos, los recién estrenados, los de siempre, los que están y los que son.

Familia, loca, descerebrada, histriónica, intensa, pero ahí están, siempre, para todo y para todos.

Trabajo, son unos frikis, están todos locos, menos yo, pero en el fondo me encanta.

La capacidad de asombrarme.

Saber  perdonar, y olvidar los rencores.

Resiliencia.

La emoción.

El llanto;  llorar limpia el alma.

Las risas.

La ilusión, siempre, por lo que sea.

Las copas de vino.

La objetividad.

Mi vida a mil, andar siempre ocupada.

Los libros, en papel o en digital;  palabras que cuentan cosas.

Los abrazos, los que duran un segundo,los largos,  los que te reinician con un escalofrío.

La ternura de la sonrisa de mi hijo, me desarma, siempre.

Vivir, con más, con menos; estar viva, en todos los sentidos.

Apearme de la queja y valorar lo que tengo, que no es poco.

Entender que el hecho de que las personas piensen de otra manera, no las convierte en enemigos.

Tolerancia, a veces cuesta, porque no todo el mundo respeta de la misma manera.

Respeto hacia lo que son,  piensan y hacen los demás, aunque yo actuara de forma distinta.

Vida, tengo vida, no me la tengo que comprar (que diría mi Panto), ni inventar.

via Gfycat

Un té en una taza bonita con mensaje, un encuentro con un viejo amigo, los paseos por el campo, las noches de peli y palomitas con mi hijo, los proyectos, volver a caber en los vaqueros, el batch cooking (es un coñazo, pero como sano), el autocontrol (mucho me controlo pa lo que hay), la santa paciencia que nadie me valora, poder reírme a gusto, las ganas, la fuerza, la paz.

Así que, básicamente, lo que quiero es mantener. Si además el año, el Universo o a quien le corresponda hacer regalitos,  tiene a bien obsequiarme con una retirada de las tropas de absurdos que me asedian desde siempre , y con  aprender a obsequiarme a mi misma con el Dolce far niente, sin culpa y sin sensación de no estar siempre produciendo, completo mi felicidad.