La Lomana, esa gran pensadora Universal.

No soy sospechosa de ser monárquica, pero no puedo dejar pasar la barbaridad que se ha podido ver en un programa matinal, sobre el físico de la Infanta Sofía.

La cosa es más o menos así, Carmen Lomana (ella en sí misma,  una gran pensadora de nuestro tiempo) y Susana Griso (pues eso, otra ella).

Carmen Lomana (refiriéndose al estilismo de la niña, que es una niña): Como es muy alta, enseñaba mucho muslo. No hubiera enseñado tanta pierna, porque no ha salido a su madre, ha salido a la otra parte, y las tiene un poco gordas,

Susana Griso: ¿Cómo puedes decir eso? Pensaba que ibas a hablar del estilismo, no de sus piernas.

Carme Lomana: Pero si es monísima, yo solo le doy un consejo

A ver señora ¿por dónde empiezo?, igual en vez de estirarse tanto, y rellenarse tanto, (que no se le entiende cuando habla)  debería  quedarse en casa, y pensar en algo productivo, porque al fin y al cabo, ¿quién es usted?, ¿de dónde sale su fortuna?, ¿un buen casamiento quizás?, ¿es ese su único mérito en la vida?

Como mujer,  me parece patético que lo único que se comente de otra mujer sea el estilismo. La conversación en sí, aunque no se hubiera hecho ese comentario sobre el físico de la niña, es ridícula. 

Si yo fuera a hacer mi trabajo, como lo estaba haciendo ese día Doña Leticia y el resto de mujeres que estaban allí,  y lo único que se comentara de mí,  fuera la ropa que llevo,  o el peinado que me he hecho, me moriría de la pena. Tengo derecho a ir vestida ideal y que se me valore por mi trabajo y también tengo derecho a ir hecha un cuadro y que lo único importante sean mis cualidades como trabajadora.

Dejando a un lado la frivolidad de sentarse a comentar trapitos, hablar en esos términos del físico de una niña, que no tiene su personalidad definida, que no puede, por edad,  asumir  a esos comentarios, me parece que, cuanto menos  debería ser sancionable. 

¿Somos conscientes del daño que se puede hacer a una niña con esos comentarios?. Esta niña, tendrá seguramente,  los mismos miedos e inseguridades, y la misma necesidad de gustarse que las demás,  ¿por qué tiene que aguantar que una cacatua que no le queda un centímetro de piel sin arreglar la ofenda?.

Los directores del programa deberían haberla echado del plato y ella, debería tener la dignidad de disculparse, no ya sólo con la niña, sino con todas las niñas y mujeres,  que alguna vez en su vida, se han sentido atacadas por su físico.

Basta ya de frivolidades, basta de señalar, basta de crear una imagen irreal de la mujer, basta de llevar a las niñas al hospital porque no se ven bonitas.

Estas mierdas incitan al odio en los colegios, a autoestimas bajas, a hospitalizaciones por trastornos alimentarios, a suicidios ¿hasta dónde vamos a permitirlo?

Si este tipo de personaje sólo sabe hablar  de trapos, que se quede en su casa, personalmente, me resulta ofensivo que se le dé un premio a una actriz,  a una escritora o a cualquier otra profesional,  y que,  en vez de hablar de su trabajo, se hable de cómo va vestida.