Conjurando a la nueva yo.
Nunca he tenido problemas de
autoestima, sé muy bien quién soy y lo que soy, pero parece que últimamente los
acontecimientos me han llevado a una especie de callejón sin salida en el que o me
reinvento y avanzo, o me quedo en un estado de estupor y obsolescencia perenne dando vueltas por toda la eternidad en el laberinto de emociones, sentires y pesares que es mi mente ahora mismo.
Me empeño en esperar de la gente
lo mismo que estoy dispuesta a dar, me sorprenden hasta el paroxismo las
reacciones, las no acciones, la falta de sensibilidad y el solomeimportoyo de muchas personas.
Y no termino de enterarme de
que el hecho de que yo no haría ciertas cosas, por proteger a los demás, no
quiere decir necesariamente, que los demás vayan a estar dispuestos a hacer lo mismo por mí.
Así que, estoy inventándome una
Alicia nueva, más positiva, más alegre, con poco de egoísmo bien entendido, que
se centrará en cómo le van a hacer sentir las cosas, en vez de pensar en cómo
se sienten los demás.
Y mi mi receta para la nueva Ali es:
Un poco de romero para apartar lo
malo, un poco de amor propio, un pellizquito de azúcar moreno, una puntita de
sal (lo mismo aprendo a bailar o a cantar), un puñado de colores brillantes arrancados de una primavera en el sur, unas gotitas de la risa de un niño, un
buen chorro de energía positiva, una cucharadita de calma, un pedacito de paz
interior, una infusión de manzanilla (para digerir algunas cosas), un sobrecito
nomeimportanada , un poco de esencia de flores blancas, el perfume que desprende la tierra después de las primeras lluvias, el sabor de una fruta de verano, la melancólica lejanía del otoño, la calidez de unas castañas asadas, cola de tritón (que para algo debe servir, aunque sea pal puntito de mala leche que me falta) y el sonido del mar encerrado en una caracola, para que me cuide y amortigüe el ruido infernal de las palabras que no quiero oír.
Lo mezclo todo muy bien, lo pongo
a hervir y añado unas gotas de ruda (por si alguien me quiere
mal) y me doy un baño a la luz de la luna llena, alumbrada por siete velas
blancas que atraigan a mis ángeles buenos para que se pongan de mi parte, con unas flores blancas que vigilen mis peticiones al Universo e invoco desde lo más profundo de mi ser a las energías positivas para que me pongan en el camino que me lleve a mi Ítaca.
¡Quiero, puedo y me lo merezco!
Que buena receta. Me apunto. Un beso.
ResponderEliminarGracias!!! Seguro que algo conseguimos y si no, echamos unas risas!!!
EliminarEso se llama investigación....
ResponderEliminarSaludos
Con alegría de puede hacer cualquier cosa.
ResponderEliminarbesos.
Linda entrada y muy buena receta.
Conserva tu luz a pesar del entorno y los acontecimientos y ya con eso tu aportación es grande para el mundo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Una buena receta pero se te ha olvidado parar para comer. Un abrazo
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