El vestido del emperador
No pensaba dedicar mi primera
entrada del año al novestido de la
Pedroche, pero mejiervelasangre con tanta tontería.
Vaya por delante que, me parece
correcto que cada una se ponga lo que venga en gana, siempre y cuando la decisión
esté tomada desde la libertad.
La chica jura y perjura que nadie
la obliga a desvestirse, pero igual no se ha parado a pensar qué pasaría si un año,
para variar, se vistiera: seguramente despediría el siguiente en pijama con su minichef, porque, no nos
engañemos; esta señora no presenta las
campanadas por su desparpajo, ni por su trayectoria profesional, ni por su
brillante inteligencia.
Opiniones hay para todos los
gustos: hay quien opina que a las
pensamos que es denigrante, nos corroe la envidia, porque no nos podríamos
poner en bañador en Nochevieja, (a ver, que poder, puedo, el caso es que me
niego a coger una pulmonía), hay quien piensa que una mujer es muy libre de
enseñar cacha y hay quien piensa, que claro, viniendo de una podemita, no se puede esperar mucho más.
Por mi parte, creo que, se puede
poner o no ponerse lo que le salga de las mismas narices, pero que no se erija en
representante de los derechos de las mujeres, porque, francamente el derecho a mantener
un trabajo, a fuerza de enseñar el culo, no lo quiero yo para nada.
Reinvindicar el derecho de una mujer a desvestirse y a que la respeten, en un país en el que aún mueren 39 mujeres a manos de sus parejas o ex parejas es, o un pelín aventurado, o ridículamente optimista.
Reinvindicar el derecho de una mujer a desvestirse y a que la respeten, en un país en el que aún mueren 39 mujeres a manos de sus parejas o ex parejas es, o un pelín aventurado, o ridículamente optimista.
No han cambiado mucho las cosas
desde aquellos primeros años de las televisiones privadas, en los que campaban
a sus anchas las Mamachicho y las Cacao
maravillao. La única diferencia, es que, no creo que, a día de hoy, ninguna de
ellas tenga la desfachatez de decir que se desnudaban para reclamar el
derecho de la mujer de vestirse como le dé la gana.
A mí, como mujer, no me
representa una señora que dice que su marido la quiere mucho, porque la llama
cada diez minutos: cuidado con lo que le estamos transmitiendo a las jovencitas
y jovencitos de este país: “si tu novio no te llama, o no te controla es que no
te quiere”, “si no enseñas medio culo, no esperes que nadie te mire”.
No, no es envidia porque tenga, que lo tiene, un cuerpazo, es
vergüenza ajena, porque después tantos
años de lucha de la mujer por hacerse un hueco en el mercado laboral, por tener presencia en la sociedad y por conseguir respeto a todos
los niveles, va la descerebrada esta y se cree que ponerse en bañador (que no era ni de su talla) es una forma de reivindicación feminista.
Anda niña, estudia un poco
historia y entérate bien quiénes son las mujeres que han luchado por la libertad,
por la igualdad y por el respeto que, a
todas luces, no te tienes a ti misma.
¿De verdad te crees lo que dices?:
A Concepción Arenal, Emilia Pardo Bazán, Carmen de Burgos de Seguí y Clara
Campoamor, que yo sepa, no les hizo falta despelotarse para su lucha, (por cierto, igualdad hubiera sido un Chicote en tanga con estrellitas).
Vístete o desvístete como te salga del
mismísimo chichi, pero no nos vendas luego que lo tuyo es una lucha abnegada y
sacrificada, lo tuyo es una lucha por mantenerte en primera línea por tu
aspecto, ya que por tu valía profesional, no pasarías de ser una colaboradora
más.
Y a favor del diseñador, diré que
el vestido no era feo del todo, pero no para dar Las Campanadas, yo lo propongo
como uniforme oficial del equipo de natación sincronizada en los próximos Juegos Olímpicos (eso sí con la talla correcta).
Me encanta como explicas las cosas Alicia, es un placer leerte. Un abrazo ¡FELIZ AÑO NUEVO 2017!
ResponderEliminarCon sentido del humor es la única manera de abordar el tema, vamos que yo ni siquiera lo hubiera mencionado. abrazos
ResponderEliminar