¡Basta!

España, camisa blanca de mi esperanza,

                                                                                                          quererte tanto me cuesta nada.

Igual no nos mata el coronavirus, igual no nos mata la pobreza en la que caerán los menos afortunados, igual logramos sobrevivir y continuar con nuestras vidas, igual la nueva normalidad no es tan diferente a la antigua normalidad o a lo peor, esta nueva normalidad viene con un regalito en forma de crispación, odio y revanchismos políticos que estaban, ya, casi dormidos.

Hemos asumido la politización de la vida, los movimientos incitadores (poco menos que a un golpe de estado) y los adoctrinamientos gratuitos,  como algo normal (cosas de la nueva normalidad).

Nunca me he pronunciado públicamente sobre mis ideas políticas, tampoco las oculto, pero no intento aleccionar a nadie, y me ofende mucho que alguien lo haga, porque está dando por sentado que soy tonta y necesito que me corrijan o que no tengo criterio y ando necesitada de uno (el suyo, claro).

Cuando alguien,  en un grupo de padres del colegio o de antiguos alumnos o en el grupo de la comunidad, manda enlaces a manifestaciones online, para derrocar al gobierno, cuando cualquier comentario es susceptible de ser politizado, cuando se mandan memes ridiculizando a cualquier político o a los  expertos (de los de  verdad, no  los cuñiexpertos), estamos colocando al resto en una situación delicada,  más que nada, porque no nos conocemos tanto,  y es posible que haya distintos criterios, lo cual puede (y suele) generar malestar. Con esta corriente aleccionadoraincitadora, empujamos al resto a la compleja tesitura de posicionarse, y no a todos nos apetece hacerlo (léase no me vas a sacar del armario político a golpe de mensajitos).
¿Y si no quiero hacerlo?, ¿y si prefiero no pronunciarme?, ¿y si se me ocurre pensar diferente?, ¿por qué los aleccionadores, (que suelen tener una tendencia muy concreta,) se empeñan en arrastrar a todo el mundo a su terreno?, ¿por qué piensan que su visión es LA VISIÓN? , y sobre todo ¿por qué politizar un grupo, que se han creado para una finalidad muy concreta, y bastante alejada de la política?, ¿no podemos vivir sin imponer nuestras ideas?, ¿tan débiles somos que necesitamos compartir nuestros criterios para reafirmarnos en ellos?

Que no quiero ver más incitaciones al odio (de ninguna de las partes), que si estoy en un grupo de amigos, quiero estar para apoyarnos y para reírnos, que no me apetece que todo sea una polémica, que estoy harta, hasta la mismísima peineta de críticas de cuñaos pasados de rosca, de expertitos en todo, de custodios de los secretos de Estado que nos oculta el Gobierno y de periodistas de investigación. 

Que no me mandéis más enlaces para una  manifestación online, si  en la convocatoria de la manifestación para "rebentar" al gobierno, veo esa "b", ya me ha dao un ictus y difícilmente entraré , que no voy a votar nada en una cadena de whastsapps, que no es el momento de pelear, ni de pedir dimisiones (ni la cabeza de nadie).
Que me dejéis en paz, que vuestras ideas no son mejores que las mías, que no me meto en la forma de conducirse por la vida de nadie, que sólo pido respeto, por favor, por la Virgen del manto de leopardo, por caridad, si me queréis no soltarme mas speechs, que tengo la vena que no para de mandarme señales.

¿Cómo me las maravillaría yo pa pirarme de los grupos sin que se note mucho?. Lo digo en serio, no quiero parecer una ofendidita más, pero si alguno de vosotros conoce la forma de irse de un grupo por la puerta de atrás, lo comunique por favor.
Porque claro, das un toque de atención y la gente se ofende en plan no estas comprometida con tu país, o piden disculpas tipo el  Emérito y a los dos días vuelven al caminito, que ya se sabe que cuando un tonto coge una vereda...

Los que tenéis inquietudes políticas, aún estáis a tiempo de crear un partido, el que tenga la solución de las soluciones, que la cuente, que haga el favor al país de contarla, que si el Papa confesó el tercer secreto de Fátima, ya a estas alturas, no tiene sentido ocultar taaaaaaaaaaanta sabiduría, por favor, si alguien es portador de algún tipo de información que nos salve de esta pesadilla, que haga el favor de contactar con los que mandan.
Pero a mi dejadme en paz, plis, que al final, me encierro en un castillo como Rapunzel (las melenichis, las tengo )  porque este clima de crispación no hay actitud zen que lo aguante.