Lo que trae la lluvia

Las mañanas como la de hoy, me parecen más propias de un verano que se va que de uno que está llegando.

Estos días en los que el ambiente, se impregna del olor a tierra mojada de los otoños nacientes, siempre me traen recuerdos de una infancia perdida, de aquellas tormentas de verano junto al mar. 

De que si llovía en vacaciones, de repente te acordabas de que había que volver al colegio y daban ganas de ir a comprar lápices y cuadernos.

Han cambiado las cosas desde entonces.
Ahora me espantan los días de lluvia, porque como ya mi madre no me peina con colonia, el pelo se me pone a lo Duquesa y a ella que estaba forrá, se lo dejaban pasar los estilistas, pero a mí que no soy itgirl, la gente me mira como raro….

Hoy las mamis delegadas (este año sólo estoy en funciones) hemos llevado un regalito a la seño.

Ha sido especialmente emotivo ver como los niños quieren a su profe (y lo bien que los maneja, que en el cumple de mi hijo casi me dejo la garganta pa que me hicieran caso) o es que yo ando un poco tonta con la lluvia, con las edades, con la gente que me sobra, con la gente que me falta, con mis locuras y con mis corduras.

Creo que estos vientos de cambio y de lluvias se van a llevar muchas cosas que van sobrando.
Gente que me resta y que me aprieta, situaciones que me hicieron infeliz, cosas sin importancia que ya no me importan, sinsentidos que ya no me afectan.

Voy teniendo más defectos, soy un poco más imperfecta cada mañana. Cada día estoy un poco más loca que ayer y un poquito más feliz también, parece que por fin voy aprendiendo.

¡Buen fin de semana!