Otoño en "mimisma" y en mi mismidad.
Unas brasas en el hogar, los
colores que brinda la naturaleza, la melancolía
que provoca el cambio de luz, la distancia, la lejanía, la catarsis, el repiqueteo
de la lluvia contra los cristales los tejados plateados por el aguacero, el
olor a tierra mojada, el suave crujido de las hojas caídas al caminar y la
brisa fresca en las mañanas.
Pero claro, todo lo que es muy
romántico y muy bonito tiene una realidad paralela que es además mucho más
prosaica y triste: pelo tipo peluche, gotas imposibles en los cristales, charcos,
madres inexpertas al volante: el caos.
Y es que, para afianzar mi teoría
de que mi ley es más potente que la de Murphy, si algo antiglamú puede pasarme, me pasará, de eso no hay duda.
Iba yo por la calle, andando,
todo glamú, fashionismo y elegancia: mirada al frente, andares de reina, que
decía la canción, ¿o me lo he inventado?, bueno da igual, muy mona yo, toda
gracia y distinción.
Y como soy yo, no Letizia, no una famosilla agraciada, tuve que meter el pinrel, no ya en un charco, no, en una laguna.
En principio, me quedé como bloqueada, coñocagoenalputadeoromisbotinesmonísimosdelamuerte, y luego, ya que la marcha atrás era más casposa que seguir adelante, continúe como si nada, casi dando brazadas, para salir del puto lago.
Así que, estuve toooda la mañana emitiendo un más que
sospechoso chofchof al andar y
rezumando por mi botín de diseño una especie de cerco blanco, horroroso, y los
pies como dos pescaditas congelás. Eso
sí, yo muy digna, en ningún momento me
descompuse.
¿O sí?, si que se encrespe el pelo como si fuera prima hermana de la difuduquesa, pues igual sí que me desarreglé un poco.
Con lo bonita que es una tarde de
lluvia en las pelis. está la prota dentro de casa junto a la chimenea, con su
chico y su perro, o está sola y viene el chico y pasa de él y luego sale a buscarlo
y se abrazan y bailan bajo la lluvia...ainssss!
A mí lo más bonito que me ha pasado bajo la
lluvia ha sido meterme en una laguna y salir a nado, que me empape un coche,
resbalarme, o salir corriendo a recoger la ropa del tendedero.
Definitivamente, algo estoy
haciendo regu.
Un relato muy realista y que nos ocurre muy a menudo a los seres que pisamos en tierra o en asfalto, quiero decir que no vamos levitando ni tampoco llevamos a nadie advirtiéndonos del peligro de meter el pie en un charco.El otoño es precioso cuanto a colorido y crea unas atmósferas muy románticas, pero tiene otros puntos como la lluvia y el frío... Un abrazo
ResponderEliminarYo lo que quiero es que un guapo salga corriendo llamándome y yo me vuelva y bailemos, pero son salpicarnos y sin que se me corra el rimel.
EliminarEstaba yo aquí comiendo pistachos y me he dicho pa mis adentros interiores, voy a ver que se cuenta la Alicia. ¡Joer que me has asustao! Leyendo el primer punto de tu entrada he pensao (cosa rara en mi), la Alicia se a pasao al lado oscuro, sensiblero y empalagoso, menos mal que después he visto que no, que sigues siendo la misma Alicia, sarcástica, irónica y divertida, jejeje. De regu nada, más bien de diez.
ResponderEliminarUn cariño.
Como buena miembra del distinguido grupo de los bipolares, tengo un lado sensiblero.
EliminarTodo tiene su lado negativo pero tú lo has convertido en gracioso. jejejejew
ResponderEliminarEs lo que me queda, que me río sola de mi misma.
EliminarSabes verlo desde otra perspectiva...
ResponderEliminarSaludos
al menos lo tomas con humor. Un beso.
ResponderEliminarMi estación del año favorita esa y el invierno soy fría desde mis entrañas jajaja
ResponderEliminarOtoño es también una de mis estaciones preferidas, un mal día lo puede tener cualquiera, aunque si está por llover no te pongas tus zapatos más bonitos, ni ese vestido que te encanta lucir. El caballero de tus sueños tal vez llegue un día, pero tienes que estar alerta, no vaya a ser que este cerca y se te escape jajaja.
ResponderEliminarUn beso.
En mi ramalazo de loca antepongo un chapoteo en un charco al "glamú" . Saltos y brincos
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