Chunguiday

O lo que es lo mismo: día de mierda.
Salgo de casa: la puerta del garaje no abre, voy bien de tiempo, no entro aún en pánico.
Se lo piensa, sube un poco, pero la cabrona no arranca.
Intento tirar del cablecito, (pelín alto para mi metro y medio).
Por fin llega el vecino apañao  y la abre.
Acelerón en la cuesta y a correr.
Llego a la ofi, el sol está fuera, la mañana no puede ser más bonita.


Veo un mensaje de una amiga; a una conocida le han pedido matrimonio (¿aún se hacen esas cosas?), el vídeo con la pedida está el grupo, en fin, ¡qué bonito!.
Todo es paz, armonía y calma, hasta que abro el correo: cienes y cienes de mails para cambiar fechas, planes y proyectos, me quiero demorí.
Tengo mil fuegos que apagar y otros mil asuntos  para los que se supone que tengo tiempo, pero que, como siga aplazando, me pilla el toro,
Según voy solucionando cosas, se van enredando otras, ¿cuando voy a tener un proyecto con fecha de inicio y final claras?.
La abeja Maya and friends han decidido montarse un Sálvame de luxe en mi cabeza, noto como un zumbido que viene de mis interiores.
Paso de buscar en la red, fijo que es algo chungo.
Llevo tres semanas con una contractura cervical, me ha cogido cariño, ( más que algunas personas).
Caigo en la cuenta de que el buen hijo. hoy come en casa, ¡mierda!, no he preparado nada, habrá que tirar de telecomida, ¡genial Alichita,  de esta te hacen madre del año!.
No me puedo permitir el lujo de quedarme un rato en la ofi, tengo el tiempo justo para hacer unas compras y recoger al rubito.
Voy a los chinos, me persigue (¿como no?) la chinita.
Me lío y en vez de comprar bolas doradas, las compro rojas.
Compro un montón de cajas, he decidido poner orden a lo Marie Kondo (ya lo tenía casi todo en cajas sin conocer a la japo, debería haberlo puesto por escrito y lo hubiera petao como ella).
Llego a casa, intento sacar el árbol del trastero, se abre la caja, las ramas se desparraman por el suelo.
Pongo todos los tiestos en una de esas plataformas con ruedas, se me cae la caja con la bolas, bolas por todo el garaje.
Si no tuviera la edad que tengo, me echaría a llorar.
Me llama mi madre para preguntarme si su nieto ha comido bien.
Bronca por no tener preparadas unas lentejas o algo de cuchara.
Me faltan cajas.
Las bolas que he comprado, son todas rojas y este año pensaba ponerlas doradas.
Salimos a comprar.
Mi vástago arrastra su indignación por tener que dejar su actividad de no hacer nada y acompañarme.
Llego a casa.
Me llaman de la central: cambio urgente  de planes en dos proyectos.
Tengo las mismas ganas de llorar que de matar a alguien.
Estoy estresá.
Y pienso:  ¿no me merecía yo probar lo que sienten esas madres, cuyo único problema es pensar si van a zumba o a pilates, si baños árabes o spa, si mechas californianas o balayage?
Y todavía hay quien piensa que dramatizo (cagüen)
¿Por qué?, ¿por qué?, ¿por qué?.


via GIPHY


¡Coño! que a estas alturas, me conformo con un "anda,  te llevo unos bombones para que se te olvide el día de mierda que llevas" .
Mañana más y mejor, seguro.


Comentarios

  1. Esta difícil pero esto también pasará,abrazo.

    ResponderEliminar
  2. Agotada, estoy echa polvo, me duelen la neuronas, he intentado seguir tu ritmo y a media tarde me he rendido. Eres toda una mujer aunque no hayas preparado lentejas. Un abrazo

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Comentando que no criticando.

Entradas populares