El pedante
Miguel de Unamuno
Y el discurso caduco de su
supuesta sapiencia entra en conflicto con lo que hacen y resultan ridículamente arrogantes, teatreros,
hiperbólicos, histriónicos, acompañan sus machacones argumentos con golpes de
voz y gestos exagerados, interrumpen
conversaciones para meter baza de sus conocimientos y se oponen a todo sólo por
el placer de discutir.
Caminan por la vida
atentando verbalmente a quiénes saben que no tienen las herramientas para
contestar, dejando clara su superioridad, y haciendo inoportuno y vano alarde de erudición,
sea real o no.
Lamentables
personajes, cuya única premisa vital es hacer ostentación de sus conocimientos para
hundir a los que tienen cerca, que van por ahí dando lecciones, cuando lo que
deberían hacer es un ejercicio de humildad y mirarse, y comprender por qué se
dedican a hacer lo que hacen, ¿no será un problemilla de autoestima?
Pues
eso, querido amigüito pedante que
aburres, que resultas a ratos agotador, que deprimes, que eres cargante, que me
duele la cabeza de ver tanto melodrama y tanto ampuloso derroche de adjetivos y
de anécdotas, que eres mu pesao, mucho.
El
adjetivo pedante, no siempre tuvo la
connotación negativa que hoy día tiene, sino que pedante era como se le llamaba
antiguamente a los maestros que enseñaban a domicilio, yendo a los hogares de
los propios niños a enseñarles, entre otras cosas, la gramática.
Las pruebas que se les hacían era extremadamente
estrictas y por eso, cada aspirante al
puesto estaba muy preparado y dispuesto
a saber más que el otro, por lo que esa rivalidad entre candidatos hacía que
sobresaliesen aquellos más resabidos y listos, siendo los elegidos para el
empleo de pedante, por lo que con el tiempo se comenzó a utilizar este término
para referirse al tipo de personas que tocan las narices y me dan ganas de
darles una pataditaninjatraqueal.
Pues Feliz Lunes a todos los pedantes del mundo que falta os hace.
Muy buena definición de pedante.
ResponderEliminarNo les voy a desear un feliz lunes, no sea que crean que solo ellos tienen derecho a la felicidad. Saltos y brincos
ResponderEliminarExcelente entrada, la persona más sabía es humilde. De nada sirve saber mucho si no se domina la arrogancia.
ResponderEliminarUn beso.
Lo peor es que nadie se reconoce pedante; tendremos que fiarnos de nuestro propio criterio.
ResponderEliminarMuy bueno
ResponderEliminarPero tambie los ignorantes pueden se pedantes colocandose una careta de sabiondos
Cariños y buena semana
Gran definición...
ResponderEliminarSaludos